INTER DE MILAN 3 - A.S. ROMA 1
Alexis Sánchez salió lesionado en nuevo triunfo del Inter
El Inter de Milán sacó rápida ventaja sobre la Roma y pese a que en el segundo tiempo casi se le complica, Romelu Lukaku terminó sellando el triunfo.
Con el Scudetto del calcio italiano asegurado, el Inter de Milán venció por 3-1 a la A.S. Roma en el estadio Giuseppe Meazza, en la fecha 36 de la Serie A.
Con Alexis Sánchez como titular y sin Arturo Vidal en la convocatoria, los neroazurros comenzaron el encuentro con una advertencia de la Roma a través del español Pedro Rodríguez. Dicho aviso, al parecer, fue bien recepcionado y a los 11 minutos el tocopillano abrió la cancha con Matteo Darmian, que lanzó un centro rasante al punto penal que aprovechó Marcelo Brozovic para el 1-0.
Sánchez se mostró activo, combinando permanentemente con Romelu Lukaku, primero cuando el belga le rebotó un balón a Matías Vecino, en el minuto 16', y luego en otra jugada -cuatro minutos después- donde el chileno lanzó en largo, Lukaku aguantó dentro del área y el uruguayo puso el 2-0.
Alexis siguió en lo suyo, hizo amonestar tempranamente a Ebrima Darboe y sobre la media hora a Davide Santon, que lo bajó cerca de la medialuna luego de que el también delantero de la Roja lo dejara tirado en el círculo central gracias a un control de lujo.
Sánchez erró un tiro libre y luego dejó solo a Brozovic para el 3-0, pero el portero Daniel Fuzato lo evitó. Tras eso, al minuto 35, el chileno dejó la cancha por molestias que aparentemente fueron ocasionadas por el tempranero foul de Darboe.
Antes del ingreso de Lautaro Martínez, el conjunto giallorossi había descontado a través de Henrikh Mkhitaryan luego de un preciso pase de Edin Dzeko.
Para la segunda parte, "la Loba" ajustó detalles defensivos y se generó varias que pudieron significar el empate: un palo de Dzeko, otra del bosnio que tapó en un mano a mano el portero Ionut Radu y un cabezazo de Bryan Cristante que pasó muy cerca del arco del rumano.
Sobre el final del partido, un carrerón de Achraf Hakimi le permitió a Lukaku marcar sin oposición el 3-1 final que, en definitiva, complicó a la Roma con la Europa League de la próxima temporada.