Los secretos tras el DT que transformó a Palestino
Gustavo Costas asumió prometiendo "pelear arriba" y hasta ahora cumple con el subliderato de los tricolores. Su campaña se sustenta en rasgos de juego nítidos y eficaces.
Palestino es uno de los equipos que ha llamado la atención durante las primeras fechas del Campeonato Nacional 2022. Los tricolores ya habían generado ruido por la llegada del DT Gustavo Costas, a raíz de su interesante trayectoria en Sudamérica (ganó títulos en Paraguay, Perú, Ecuador y Colombia). Y la gestión victoriosa que se esperaba del argentino rápidamente parece concretarse: el cuadro de La Cisterna, junto a Ñublense, suma ocho puntos y es uno de los escoltas del líder Universidad Católica (9).
"No vine a pasear a Santiago… Mi sueño es pelear arriba siempre y meter eso en la cabeza a mis jugadores. Tienes que pensar en grande", fue lo primero que dijo Costas al aterrizar en suelo chileno. Hasta ahora, los resultados le dan la razón al DT, quien ha puesto en marcha un accionar distinto de los tricolores, con contenidos de juego nítidos y que además maximizan la productividad del equipo.
A contracorriente
El primer rasgo identitario del conjunto de Costas se vincula con la posesión del balón. La escuadra árabe no apuesta por controlar el juego, procurando imponerse en esta faceta, como suele ser la tónica en la mayoría de los equipos con altos niveles de desempeño.
Palestino es más bien un elenco de posesiones acotadas y ataques profundos con alta eficacia. Exhibe un promedio de tenencia de la pelota de 38,8%. Curiosamente, fue en el partido donde peor se vio, por la fecha 1 contra Unión Española (1-1), cuando más tuvo el balón (44,8%). La cifra más baja la registró en el empate 2-2 ante O'Higgins, en La Cisterna (32,9%).
Los datos, en definitiva, confirman lo que la escuadra tricolor insinúa en la cancha. Durante las cuatro fechas que van del Campeonato nacional, Costas ha conformado un elenco con un importante poderío en las Transiciones.
Esto significa que, recuperado el balón, los tricolores se despliegan con rapidez en ataque, sacando partido de la momentánea vulnerabilidad rival. En el otro momento del juego, cuando el oponente se hace de la pelota, la organización también es veloz en defensa y el control del partido se da sobre la base de la protección de su portería.
Cambios posicionales y de sistema
Oficialmente, Costas debutó en el fútbol chileno ante Unión Española, en Santa Laura. Ha sido, por el momento, el partido más bajo de sus dirigidos, puesto que el local mereció con creces el triunfo. Abrió la cuenta en el primer tiempo y después falló varias opciones para anotar. Tanto dominio de los hispanos, al parecer hizo reflexionar al DT tricolor y modificó el sistema de juego: de un 1-4-2-1-3, Palestino pasó a jugar hasta hoy con un esquema 1-3-3-2-2.
La variante dejó conforme al estratega argentino, pues no ha vuelto innovar al respecto. Bajo este formato posicional, los árabes obtuvieron seguridad defensiva (la línea de tres centrales se transforma en un bloque de cinco integrantes por el retroceso de los carrileros) y el adelantamiento constante de los laterales les permite 'abrir la cancha' y así también lograr profundidad ofensiva en busca de chances de anotar.
Sin embargo, el rasgo más sobresaliente tiene que ver con la alineación. Costas sorprendió con algunas variantes posiciones que no estaban contempladas en el torneo local. En la defensa, ubicó a Agustín Farías (volante de contención) de central medio, liderando el trío de zagueros, y a José Bizama (lateral derecho) como central por la derecha. Y el efecto está claro: con la movida, el equipo ganó precisión en el manejo del balón sin perder los componentes defensivos necesarios en la última línea.
En el mediocampo pasa lago parecido. El DT estableció como único volante central a Ariel Martínez, un hombre con dotes evidentes de mediocampista mixto. Sin embargo, el zurdo ha logrado conferirle estabilidad al equipo. Y en la dupla de interiores, lo significativo es la presencia de Carlos Villanueva como primer '8', acompañando a Misael Dávila, el otro volante en esta función.
El trío brinda pasajes de buen fútbol garantizados, lo que es clave para atacar con productividad si el equipo maneja poco el balón. Defensivamente, no afronta grandes complicaciones por delante de la línea de cinco cuando el rival domina. Presiona en bloque, con un énfasis mayor en la ubicación más que en el oponente a marcar, estableciendo un entramado de obstaculización y recuperación del balón no fácil de vulnerar.