ENTREVISTA AS
“Fui a un bar a tomar solo y llorar”: el ex Colo Colo que tocó fondo y hoy renace en el Ascenso
Juan Araya se destacó en Colo Colo y llegó a la Roja Sub 17. Sin embargo, luego tuvo que pasar hasta por Tercera. Hoy destaca en Barnechea.
Juan Araya (24) llegó a la Sub 16 de Colo Colo y al mes siguiente fue citado a la Roja Sub 17, dejando en claro en esa época que su talento llamaba la atención del fútbol joven en Chile. Sin embargo, ese prometedor panorama fue cambiando para el mediocampista. Por culpa de los errores que él mismo reconoce y otras situaciones, tuvo que iniciar prácticamente de cero su camino, al punto de jugar en la Tercera División de Chile.
Araya tocó fondo, pero logró salir y hoy está aprovechando con creces la oportunidad que le dio Barnechea. A dicho club llegó para probarse y, en la actualidad, es uno de los volantes titulares en uno de los equipos en mejor forma del Ascenso.
“Al principio fue difícil, porque el equipo se venía recién conociendo y de a poco fuimos encontrando la forma. Ahora, gracias a Dios tenemos un buen grupo y estamos en zona de liguilla que es lo que todos queríamos”, cuenta Araya en diálogo con AS Chile.
Sus palabras tienen sustento: ocho puntos en las primeras 10 fechas los tenían en el fondo de la tabla, pero luego repuntaron y hoy son sextos, puesto que les estaría dando el último cupo a la liguilla.
“El partido contra Wanderers marcó un punto de quiebre. Estábamos complicados, sobre todo por la tabla ponderada. Nosotros evitábamos fijarnos en eso, pero igual nos preocupaba porque en ese momento éramos últimos. Por suerte pudimos iniciar una racha muy importante en partidos muy difíciles”, agrega el ex Deportes Limache e Independiente de Cauquenes, entre otros.
- ¿Qué piensa de la actualidad? Son uno de los equipos con mejor forma en el campeonato.
- Nos tiene bastante motivados y contentos. Es muy bonito estar en la liguilla. Ojalá a final de año pelearla. Cualquiera le puede ganar a cualquiera y si tu miras la tabla, todavía no se parte. Están todos cerca y está muy bonito.
“Fui a un bar a tomar solo”: el día que Juan Araya tocó fondo
- Usted se formó en Colo Colo. ¿Cómo fue para usted salir de esa burbuja para empezar su camino lejos de las comodidades que puede ofrecer un club de esa magnitud?
- Me costó mucho, fue complicado. Pasé por muchas cosas. Yo llegué a Colo Colo a la Sub 16 y antes había pasado por varios equipos donde quedaba un rato y después me sacaban. Al club llegué porque me vieron jugar y se dio que al mes siguiente me llamaron a la Selección Sub 17. Todo fue muy rápido. Esos años en Colo Colo fueron muy bonitos. Muchos saben que se viven cosas lindas en los clubes grandes y cuando uno sale de ahí, se da cuenta y valora las cosas. Cuando quedé sin jugar, me acuerdo que fui a probarme a hartos equipos antes que a Deportes Limache. Pasaron cosas y un día me quedé sin equipo. Me puse a llorar, estaba mal. Fui a un bar, me puse a tomar solo y a llorar. Ahí Fuad (Rumie) me fue a buscar y al día siguiente me llevó a Limache.
- ¿Qué pasó después?
- Ahí comenzó todo. Me costó. Yo estaba con mi amigo y le decía que no quería estar en Limache, como que no me gustaba. ¡Era tonto! Creía que podía estar más arriba, pero en realidad fue lo mejor que me pudo pasar ese año ahí. Lo disfruté, me reencanté del fútbol. A mí al principio no me gustaba subir fotos cuando jugaba en Limache...
- ¿Por qué?
- Porque siempre sentía que tenía mucha gente encima, que creía que yo iba a debutar en Colo Colo. Aunque yo no lo reconociera en ese momento, me daba como vergüenza subir fotos. Ahora con el tiempo soy muy agradecido de las cosas que viví. De jugar en Tercera, de estar en Ñublense a pesar de no haber jugado. Ahora soy quien soy gracias a todo eso.
- Cuando fue a beber solo esa noche, ¿quería dejar el fútbol? ¿Era una etapa cerrada?
- No, nunca se me ha pasado por la cabeza dejar el fútbol. Es mi vida, pero ese día toqué fondo. Estaba en un hoyo y no sabía cómo salir de ahí. Estaba pésimo en ese momento. Pero mi ángel me rescató en ese momento. Si hubiera estado solo, no sé qué sería de mí hoy.
- ¿Le hizo daño tener tanta gente a su alrededor? ¿Sintió en un punto que les falló?
- Sí, pero más que culpa de ellos, era mía. Yo me preocupaba de las cosas externas. Recibía mal el mensaje.
- ¿Lo dejó solo esa gente que al comienzo tenía a su lado?
- Sí, me pasó. Aparece mucha gente cuando uno está en Colo Colo y la Selección. Me acuerdo que llegaban representantes, gente que me hablaba y para mí fue todo nuevo eso porque todo se me dio rápida en esa época. Hoy ya me doy cuenta de esas cosas. Sé quiénes son mis amigos y la gente que siempre estuvo. Esas cosas seguirán pasando. Siempre habrá gente que esté en las buenas solamente.
- Volviendo a Colo Colo. ¿Le tocó compartir con jugadores que se hayan destacado en el profesionalismo?
- Fui compañero del ‘Topo’ Berríos e Iván Morales. Siempre contento por ellos, porque eran mis amigos y verlos llegar al primer equipo me hacía feliz. Con Iván no hablamos todos los días, pero mantenemos el contacto. De repente nos respondemos las historias. Creo mucho en él y ha vivido cosas difíciles, pero está preparado para cualquier cosa. Tiene que saber encontrar el camino porque tiene todas las condiciones.
- ¿Cuáles son planes y metas a futuro?
- Siempre he sido de tener sueños grandes y con el transcurso del tiempo nunca se me han quitado. Sigo queriendo llegar a una Selección Chilena y a corto plazo quiero estar en Primera, ascender con Barnechea. Para más adelante, si Dios quiere, jugar en el extranjero pero hay que ir paso a paso y enfocándose en el momento. Haciendo bien las cosas ahora hará que se abran otras puertas después.
“Antes yo era tonto, porque juraba que con el talento me iba a alcanzar”
- En su caso, le tocó vivir en la suplencia o fuera de los citados en el inicio del torneo, pero con el correr de las fechas pudo ganarse un puesto. ¿Cómo ha sido este proceso? ¿Le costó la adaptación teniendo en cuenta que venía de la Segunda División?
- Sí. Fue complicado al principio. A Barnechea llegué a probarme y de a poquito fui sumando. He ido madurando, aprendiendo con el tiempo y ahora se está viendo reflejado. Desde que nació mi hijo fue un plus, siempre digo que vino con la marraqueta bajo el brazo, porque me sirvió para darme cuenta de las cosas que tenía que hacer bien, de no cometer errores. Estoy trabajando para competir todas las semanas. Se me fue dando la continuidad y ahí estoy ahora, ganándome el puesto de a poquito.
- ¿Qué errores cometió? ¿No era tan profesional como ahora?
- Sí, toda la razón. No lo era.
- ¿Y en qué aspectos lo veía reflejado?
- Antes yo era tonto, porque juraba que con el talento me iba a alcanzar y al final no es así. Siempre hay que trabajar un poquito más, ser disciplinado, alimentarse bien, enfocarse en las cosas que uno quiere y a mí me costó entenderlo. Gracias a Dios tengo un ángel al lado, a quien le debo todo que es mi amigo Fuad Rumie, que me ha ayudado mucho. La mayoría de las cosas que me pasan hoy se las debo a él. Cree mucho en mí y siempre lo hizo. Me ayudó a ser la persona y jugador que soy hoy.
- ¿No escuchaba al resto en esa época donde creía que con el talento le alcanzaría?
- Sí. Siempre creía que me las sabía por libro, que lo que decía era lo correcto, la verdad absoluta. Me equivocaba. Por ejemplo, no me citaban y en vez de buscar mejorar para superar esas barreras, ponía excusas. Decía que el ‘profe’ tenía lentes de cuero (ríe), cosas así.
- ¿Cuándo cambió esa visión suya?
- Lo empecé el año pasado, pero me costó mucho porque pasaron hartas cosas. La pareja que tenía en ese momento quedó embarazada y yo me lesioné, tuve un desgarro importante. Venía haciendo las cosas bien, pero después de esa lesión y otros problemas que tuve, fue un retroceso para mí. Estaba solo en Quillota y no supe resolver las cosas como debería haber hecho. Hice todo al revés. En vez de enfocarme en haberme recuperado y seguir mejorando, me equivoqué. Hasta el año pasado seguía siendo cabro chico, me costaba entender las cosas, aunque sí tuve un cambio.
- ¿En qué sentido?
- Iba al gimnasio, me levantaba a entrenar mejor, pero aún así la cabeza era lo que me fallaba. Este año, cuando me probé en Barnechea, pude quedarme en Santiago y estar más cerca de la gente que me ayuda. Me di cuenta que este es el camino. Si uno está bien de la cabeza, se abren más caminos. Disfrutas, te llegan más oportunidades e inconscientemente trabajo mejor.
- ¿Trabaja con psicólogos?
- No, pero soy muy amigo de Mathías Vidangossy. Tenemos un grupo con Luis Romero y Fernando Saavedra (Limache) y somos guiados con Fuad y Mathías, que está muy metido en la salud mental. A él lo escucho y me guía en ese camino. Hace cuatro o cinco años me viene diciendo que tengo que mejorar la cabeza por si es que quería ser mejor jugador. Yo le creí hace poquito.
- ¿Hoy se siente pleno?
- Voy camino a eso. Sigo aprendiendo, disfrutando del proceso. Me estoy esforzando mucho, me falta mucho por mejorar, pero es lo lindo; disfrutar el proceso.
- Si hace un par de años le hubieran dicho que su presente sería el de un jugador titular en el Ascenso, ¿lo hubiera creído?
- Sí, obvio. Siempre he confiado en mí, solamente me faltaba afinar cosas y darme cuenta de lo que hacía mal.