“Tengo diagnosticado depresión por ansiedad... Tuve pensamientos malos y sólo llorar me liberaba”
“Me sentía bien entrenando y jugando, pero el problema era al momento de llegar a mi casa”, confiesa el defensa Gonzalo Lauler.


Gonzalo Lauler atiende el llamado de AS Chile y sorprende de entrada. “Esto lo contaré públicamente por primera vez. Sólo en los clubes donde lo viví, lo saben”, dice el futbolista de Provincial Osorno, el equipo donde acaba de fichar luego de rescindir en Deportes Santa Cruz.
En sus redes, el conjunto ‘unionista’ anunció la salida de uno de sus referentes por “problemas personales”. El defensor de 36 años elige a AS para revelar un testimonio muy potente sobre un tema que muy pocas veces se ha hecho público en Chile.
- ¿Cómo se siente al volver a la ciudad donde nació?
- Muy bien. Expliqué los motivos al ‘profe’ Felipe (Núñez) y a la dirigencia de Santa Cruz, pero no querían que me viniera. Sin embargo, mi decisión estaba tomada. Hasta ayer (martes) intentaron convencerme, pero yo estaba decidido. Por lo motivos que yo tenía, me venía a Osorno sí o sí, aun cuando el club no me quisiera. Hubiera esperado hasta mitad de año para buscar equipo, pero yo me venía.
- ¿Por qué estaba tan decidido?
- Sabía que al venir a Segunda resignaba muchas cosas, pero vengo con la ilusión de que tomé la mejor alternativa. Vine porque no lo estaba pasando bien en Santa Cruz, pero no por el club, al contrario. Ellos querían que me tomara el tiempo necesario, pero que no me fuera. Fue un premio sentir ese cariño, eso quiere decir que mis viejos hicieron bien la pega con la crianza y los valores que me dieron.
- Dice que lo estaba pasando mal. ¿En qué sentido?
- (Respira unos segundos) Es que me sentía bien entrenando y jugando, pero al momento de llegar a mi casa era el problema. (Piensa unos segundos) Yo tengo diagnosticada una depresión por ansiedad. Lo intuía, pero nunca quieres escuchar eso. Aceptarlo me daba miedo. Me estoy tratando y no tenía la contención emocional después. Sólo tenía a mi perrita esperándome, dormía conmigo. No tenía a mi mamá o a mis hermanos para darles un beso y un abrazo. Todo eso me estaba pasando la cuenta. No dormía bien. Es un tema delicado para mí, pero por primera vez me puse por delante.
- ¿Hoy en qué parte de su proceso está?
- Estoy mejor, en una curva ascendente en cuanto a mi mejoría, pero necesitaba la contención emocional de mi familia. Quiero seguir en el proceso de dejar las pastillas, porque no puedo depender de medicarme para llevar una vida normal.
- No, pero lo que pasa es que eres invisible ante el mundo cuando estás en esas situaciones. Es duro, porque pasas inadvertido. El tiempo pasa tan lento que se te hace complejo.
- ¿Le perdió el sentido a la vida en algún momento?
- Sí, igual como que tuve episodios de pensamientos, entre comillas, malos.
- ¿Y cómo salió de eso?
- Llorando todos los días. Era lo único que me liberaba. De repente te encuentras a las cuatro de la mañana en esa situación. ¿A quién puedes llamar? Esa lucha fue difícil, y estoy saliendo. Lloraba y en la mañana estaba cagado de la risa en el entrenamiento. Hoy puedo hablarlo y estoy feliz por el paso que di.
- ¿Y qué mensaje le gustaría dejar a raíz de su testimonio?
- Que nadie está solo, siempre hay alguien para uno que no lo va a juzgar y que te va a escuchar. Y que hay que intentarlo, luchar para salir adelante. Mientras le sirva a una persona lo que conté, ya estoy pagado.