El público y los hinchas casi terminan esperando que el jugador salte cuatro metros y que se quede suspendido cinco minutos en el aire a que le llegue el balón para cabecearlo.
PorElías Figueroa
Alberto P. Sierra
El público y los hinchas casi terminan esperando que el jugador salte cuatro metros y que se quede suspendido cinco minutos en el aire a que le llegue el balón para cabecearlo.