Arcos

Ni en los mejores sueños. Ni en las peores pesadillas

La eliminación a Rusia 2018 fue un golpe feroz. La no clasificación a Qatar 2022 parecía una tarea consumada. El desastre rumbo al 2026 resulta catastrófico.

Ni en los mejores sueños. Ni en las peores pesadillas
JAVIER TORRES | AFP
Cristian Arcos
Actualizado a

Hace diez años, la ilusión por conjugar el verbo ganar estaba presente en cada oración que circulaba en torno a la Copa América que se estaba disputando en Chile. Tras quedar eliminados del Mundial de Brasil, el plantel se había juramentado ganar el torneo continental. La ocasión era propicia: se jugaba en el país y el nivel de los jugadores iba en franco ascenso.

Hace diez años, Chile no había ganado ninguna Copa América. Hoy ha ganados dos. Seguramente nadie podría imaginar que ese Mundial del 2014, jugado un año antes, sería el último que registraría la bitácora. La eliminación a Rusia 2018 fue un golpe feroz. La no clasificación a Qatar 2022 parecía una tarea consumada. El desastre rumbo al 2026 resulta catastrófico porque era más difícil quedar eliminado que dentro del Mundial. Literalmente.

Chile no sólo queda fuera, sino que marcha último, apenas suma dos dígitos y hay un elemento que parece soslayarse en medio de la discusión: el nuestro es el peor equipo de todos. Por lejos. Con distancia. La Roja va último y con justicia.

Como es normal en las crisis, los dardos cruzados son parte del paisaje. Cuando se enarbola la bandera de las responsabilidades compartidas, se pierde el foco en las claves para comprender un desastre que viene anunciado hace rato. Porque es el tercer proceso eliminatorio que termina que resultados insuficientes Cinco entrenadores. Tres directorios. Un mismo Consejo de Presidentes.

Lo que viene puede ser peor, mientras la mirada prosiga en parcelas independientes y mezquinas. Quienes toman decisiones parecen no percatarse que el estado actual puede extenderse en el tiempo si el foco sigue tan perdido como hasta ahora. Pensar sólo en clasificar nos ha llevado a continuas eliminaciones. Enfatizar el discurso puramente en los puntos necesitados, nos llevo a sumar menos unidades que nunca. Convertir el recambio en un eslogan sólo retraso el recambio, hasta percatarnos que quizás el universo de jugadores es muy estrecho.

Noticias relacionadas

Hace diez años, parecía que el mundo futbolero se inclinaba a los pies del nuevo monarca, uno que un año después volvió a reeditar la corona, en una Copa tanto o más meritoria.

En diez años, Chile sumó dos títulos de Copa América y tres eliminaciones mundialistas consecutivas. Ni en los mejores sueños. Ni en las peores pesadillas.

Etiquetado en:

Te recomendamos en Opinión