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Porque Caszely es así

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Buceando en la campaña de Colo Colo 1973, nos encontramos con un relato de Sergio Silva para TVN. Narra un gol de Carlos Caszely a Unión Española, tanto que el propio delantero califica como el mejor que anotó en su trayectoria. Silva remata su elegante y compuesta oratoria con una sentencia que resume en pocas palabras la carrera del Chino: “Es un golazo de Caszely, porque Caszely es así”.

El próximo año Colo Colo cumple cien años desde su fundación. Un siglo lleno de historia. ¿Quién es el jugador más importante en la historia del club? Para quien escribe esta columna no hay atisbo de duda: Carlos Humberto Caszely Garrido.

La relevancia del Chino es tan superlativa que pese a que su retiro se remonta a casi 40 años, sigue exhibiendo esa madera que lo transformó en un personaje diferente. En lo deportivo hablamos de un atacante de condiciones extraordinarias. Máximo goleador en la historia del Cacique. Ese dato ya le bastaría para ser considerado el mejor, o uno de los mejores. Caszely representa algo mucho más grande y lo demostró esta semana, a cuatro décadas de su retiro, en el homenaje que realizó a Leonel Sánchez. Un grande reconoce a los grandes. No compite con ellos. Los aplaude, los valora, los admira, los enaltece, aunque pertenezca al archirrival. Porque si hacemos la misma pregunta en la U sobre quién es el futbolista más trascendente de su historia, muchos diríamos sin chistar que es Leonel Sánchez, simplemente Leonel.

En un emotivo video, Caszely recuerda al zurdo en el día de su cumpleaños. Y relata una anécdota infantil que conmueve. Cuando éramos chicos, todos queríamos ser como él. La pichanga del barrio después del triunfo chileno ante la URSS fue sin zapato derecho, porque todos debían pegarle a la pelota con la izquierda. Soñamos con ser Leonel.

En una sociedad donde la frontalidad es mirada con recelo, la irreverencia de Caszely escapa del margen. En un país donde cuesta reconocer virtudes propias, él se definió como Gerente. En un país que olvida, sigue firmando autógrafos a niños cuyos padres probablemente tampoco lo vieron jugar, pero conocieron de su leyenda. Tal como hacía Leonel en la U.

Caszely sabe que es crack y actúa como tal. Mantiene vivo un personaje necesario, que además fue valiente en momentos en que había que serlo y era mucho más difícil que hoy. No compite con los grandes. Es cosa de escucharlo hablar de Elías Figueroa, a quien califica como el mejor de todos. Y pese a estar totalmente identificado con un equipo grande, admira como el que más, al máximo referente del archirrival. Respeto. Respeto por la profesión, por la historia, por el juego, la pelota. Y respeto por sí mismo. No entra en la pelea chica, la que divide, la que ningunea, subestima, menosprecia. Al revés. Caszely, como los grandes, entendió que el fútbol se juega con rivales, porque sin rival, no hay partido.

Una vez más, Carlos Caszely anotó un golazo. Tan lindo como el de Leonel en Arica a Yashin, el mejor arquero del mundo.

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