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Hoy puede ser un gran día

Actualizado a

Lo del Barcelona es mucho más que un buen equipo. Es un estilo de juego. Una forma de entender el fútbol. Es una férrea defensa y un resguardo a un modo elegido, escogido por los catalanes, que se hereda desde los cimientos cuando los pequeños proyectos de futbolistas llegan a La Masía, el centro de entrenamiento infantil del club culé.

Por años el Barcelona vio como la fiesta era de otros. Pero mantuvo la convicción en su ideología. El fútbol bien jugado, a ras de suelo, pelota al pie. La escuela holandesa llevada a su éxtasis. Con luces en los períodos técnicos de Cruyff, Rikjaard, Guardiola, Luis Enrique, todos ganadores de Champions.

Barcelona acaba de ser campeón de Europa en un pleito poco brillante. Siendo mucho más que la Juventus, la ventaja fue exigua. Los italianos son un equipo incómodo de enfrentar. De mucho ritmo y batalla. Pero en este caso ganó el mejor y eso no siempre pasa.

Es cierto que en el análisis global tener en sus filas a Lionel Messi, el mejor del mundo, cuenta a su favor. Pero incluso cuando el argentino no hace grandes partidos, el equipo responde a una solidez colectiva donde el rosarino es el protagonista, pero que está siempre rodeado de notables actores de reparto.

El triunfo del Barcelona, su quinto título europeo, es el triunfo de una idea sostenida en el tiempo. Es la victoria de un camino y su insistencia en el tiempo, la búsqueda de mejorar el estilo, pero manteniendo la convicción. Un fútbol donde los jugadores no parecen atletas, donde la mayor cualidad no son los kilómetros recorridos sino la pelota y lo que eres capaz de hacer con ella.

Claudio Bravo llegó al lugar preciso en el momento indicado. En una temporada de ensueño es parte de la historia del Barcelona, al conseguir la triple corona: campeones de liga, Copa del Rey y Champions League. Vital en en la obtención de la liga, relevo en los otros dos torneos, el golero de Viluco suma una medalla más a su palmarés. Es el primer chileno en ser campeón en el torneo de clubes más importante de Europa. Juega en el mejor equipo del mundo. Y eso es un lujo, pero también una recompensa.