Felipe González, el futbolista que se convirtió en árbitro
Se formó en la UC y jugó en San Luis y Santiago Morning, donde fue compañero de Paredes y se tituló campeón. "Mi sueño es llegar a un Mundial", expresa.
Felipe González integra la camada de nuevos árbitros que se abren paso en el torneo de Primera División. Cuando concluya la actual temporada, en el mes de mayo, cumplirá su primer año en la máxima categoría. Pero hay un detalle en su historia de vida: hasta el 2007, el réferi fue futbolista profesional.
"Todo partió en Universidad Católica. Entré a cadetes, a la Sub 10, y estuve 10 años allí. Realicé todo el proceso formativo en el club. Después no continué y me fui a jugar a Tercera División, en Hosanna, un club evangélico. El 2004 tuve un paso por San Luis y al año siguiente llegué a Santiago Morning", cuenta González a AS Chile.
"Allí, en 2005, salimos campeones en Primera B y tuve de compañero a Esteban Paredes. Después me lesioné del ligamento cruzado y del menisco externo. Entonces me retiré del fútbol. Tenía 27 años. Paralelamente, siempre arbitré, motivado por mi papá (Patricio González Muñoz), quien fue árbitro profesional. Tenía la necesidad de generar recursos y me puse a arbitrar con él, en ligas, campeonatos escolares y universitarios. También estudié en la noche (preparación física y gestión en servicios financieros)", agrega.
Sin embargo, en el año 2010, González se animó a ingresar al INAF a la carrera de árbitro. Pretendía replicar lo que su padre había hecho en el referato de Primera División.
"Me puse a estudiar. Luego inicié mi etapa en el fútbol formativo y desde ahí fui ascendiendo hasta llegar a Primera. En el profesionalismo, comencé en Segunda División, después pasé a Primera B y ahora en la A. Actualmente, estoy en el segundo semestre de mi primer año en la máxima categoría", explica.
El día que le arbitró a su ex compañero Esteban Paredes
"Mi objetivo de niño siempre fue ser futbolista profesional. Gracias a Dios, lo cumplí, pero luego la lesión en la rodilla lo truncó todo. Tomé otro rumbo y le empecé a tomar gusto al arbitraje. Amo el fútbol y quería seguir dentro de la cancha. También lo tomo como deporte, porque en esto si eres bueno, puedes durar tranquilamente hasta los 45 años", añade.
-¿La experiencia como futbolista profesional le ha ayudado mucho en su labor de árbitro?
-Muchísimo. Sé lo que quiere el jugador, por las experiencias vividas. Conozco y sé distinguir a un jugador que es conflictivo y a otro que es tranquilo y ayuda dentro de la cancha. Esa vivencia me ha ayudado a que me vaya bien. Tengo 36 años y no esperaba avanzar tan rápido. Francamente, no creía que en el 2016 iba a estar en Primera División. Mi intención fue capacitarme y si me iba mal, volver nomás a Tercera División.
-¿Su vivencia futbolística le permitió avanzar más rápido en la carrera referil?
-Claro, sin duda. Me ha ayudado a estar donde queman las papas. Más o menos, uno sabe dónde va a estar la jugada o qué va a hacer el jugador. Uno intuye el juego, por cómo se plantean los equipos, por ejemplo. Uno pasó por los camarines y sabe también de sistemas de juego.
-¿Sus proyecciones como árbitro deben ser tal vez llegar a ser juez FIFA y dirigir en un Mundial?
-Uno se ilusiona estando ya en Primera División y empieza a tener hambre. Siento que estoy creciendo, que no me está yendo tan mal, y me ilusiono. Mi intención como jugador fue jugar en un equipo grande y salir al extranjero, pero no se dio. Esto es lo mismo, uno entra a estudiar, los árbitros FIFA son los máximos referentes y uno quisiera estar ahí. Representar a Chile en un Mundial, salir afuera y arbitrar en la Copa Sudamericana y en la Libertadores.
-Las repercusiones del actuar como árbitro son distintas a las del jugador. ¿Como las enfrenta?
-El impacto es mucho mayor. Nosotros estamos constantemente siendo evaluados por el juicio público. Hay que tener la capacidad de superar eso en el corto tiempo y seguir hacia adelante. Uno trata de que las cosas no lo afecten y sacar adelante los partidos dentro de la normalidad que se pueda. Nos ayudan mucho en eso. Tenemos psicólogos y gente preparada para afrontar esas situaciones.
-Aparte de arbitrar, ¿a qué se dedica?
-Trabajo en un banco importante del país. Cumplo labores en apoyo logístico. He tenido la suerte de compatibilizar ambos trabajos. He tenido el apoyo y la ayuda permanente de mis jefes. Es importante, porque uno debe tener otro trabajo. Cuando está sujeto a algún castigo o sanción, se puede quedar sin generar ingresos por el arbitraje. Por eso es importante contar con una base o un soporte para enfrentar los meses.