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San Luis

Cano, el arquero que quiere olvidar su atajada de chilena

En Argentina, la jugada se hizo viral y le dio fama en el país. Sin embargo, "ya pasó. No me gusta vivir de eso, también me he comido unos goles tontos".

Cano, el arquero que quiere olvidar su atajada de chilena
San Luis
AsTV

La salida de Fernando de Paul hacia Universidad de Chile obligó, en San Luis, a buscar un nuevo arquero para disputar el puesto con David Reyes. Entonces, llegó Matías Cano, quien antes había hecho noticia en Argentina por evitar un gol con una espectacular chilena. Hoy, el trasandino es el titular en el cuadro quillotano.

Cano, el arquero que quiere olvidar su atajada de chilena

"La ambientación ha tenido que ser bastante rápida. Llegué cuando el torneo estaba a pocos días de empezar. Lo que la hace más fácil es el grupo con el cual te toca compartir. Es más fácil que te conozcan ellos a ti, que tú los conozcas a todos. Los muchachos son de un nivel de humildad y transparencia tremendos. Todos se muestran cómo son y he ido funcionando bajo las normas de convivencia del grupo. Así ha sido más fácil", explica Cano a AS Chile.

-¿La imagen que tenía del fútbol chileno es coincidente con lo que le ha tocado a vivir?
-Es que no tenía una imagen muy profunda. Desde que llegué, me puse a mirar todos los partidos para conocer a los rivales, a los jugadores o el juego en sí. Hay partidos que dan repetidos y los vuelvo a mirar, porque no es fácil conocer a los jugadores. La conclusión a la que llego es que el nivel es muy parejo y los partidos se resuelven por detalles, a pesar de que un equipo haya dominado. Nunca vi un dominio total de un equipo sobre otro y cuando se consigue el empate o la diferencia en favor, se defiende con todo.

-¿En esa observación se centra primordialmente en los delanteros rivales?
-Más que todo realizo una visión global. Cómo se paran en defensa y hasta dónde achican los volantes. Igual no es mucha la información que puedes recopilar y que después puedes usar en la cancha. La realidad es que puedes saber qué delantero presiona más o a cuál le gusta quedarse más, pero en la cancha tienes que resolver en un instante. Sí en los penales o en los tiros libres, esa información te puede ayudar. En cuanto al juego, trato de analizar la filosofía de cada equipo. 

-¿Cómo ha vivido el hecho de jugar en la cancha sintética de Quillota?
-No tenía experiencia en este tipo de cancha. Es un poco complicado, pero con el tiempo uno tiene que irse adaptando. Hay que pensar que puede ser un factor positivo para sacar resultados favorables. Pero en el momento de entrar y jugar somos 11 contra 11. Por más que uno tenga más práctica en la cancha, al final no define tal vez un partido. Si no, tendríamos que ganar siempre.

-Usted llegó desde Deportivo Urquiza, de la tercera categoría de Argentina. ¿Acá el fútbol es más competitivo?
-Sí, está un paso más adelante. Acá los errores que cometes los terminas sacando del medio. Allá no había tanta claridad como para aprovechar las distracciones del rival. Acá si cometes un error grosero, el otro equipo termina sacando partido de eso y con el resultado en contra se hace difícil disputar el partido.

-¿Le incomoda que le recuerden tanto el gol que evitó con una chilena en Argentina?
-En ese momento preferí hablar de lo colectivo y no tanto de lo individual. Justo el equipo había perdido y quedamos fuera de una instancia definitiva. Soy una persona que define su pensamiento en función del grupo. Esa jugada ya pasó y la tengo guardada en un cajón. No me gusta vivir de eso, porque también me he comido unos goles tontos. 

-Pero tampoco se le ha olvidado.
-Mira, no soy de mirar hacia atrás. Sí pienso que de los errores hay que aprender para seguir mejorando. No es un karma que me pregunten sobre eso y siempre trato de responder lo mismo. Fue una jugada linda y bonita que la tengo archivada con las buenas y las malas en mi carrera. Hay que mirar para adelante.

-Viene por un año, ¿le gustaría quedarse por un tiempo más?
-Tengo 30 años recién cumplidos. Cuando tenía menos edad pensaba en lo que iba a pasar más adelante, en tener un buen torneo para ir a un club grande o tener una mejoría económica. Me fui dando cuenta de que así no se disfruta el presente. Quizás hiciste un buen año y el teléfono nunca sonó para ir a otro lado. Estoy en una etapa, donde si bien tengo el hambre de seguir mejorando, me parece que no puedo mirar más allá del partido que vamos a tener el fin de semana.