U. Española Campeón
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Unión Española se mantuvo durante todo el Transición en los primeros lugares de la tabla de posiciones. Finalmente, los hispanos confirmaron su liderazgo futbolístico y, pese a dar la sensación de ceder ante la arremetida de Colo Colo, se quedaron en forma merecida con el título del torneo.
La escuadra dirigida por Martín Palermo mostró una identidad de juego clara y permanente, durante el desarrollo de todas las fechas del campeonato. Y en este sentido hubo cinco factores clave que resultaron vitales en la obtención una nueva estrella para el elenco de Santa Laura.
Seguridad defensiva
Unión cerró el Transición entreverada entre los equipos con menos goles en contra. A la postre resultó fundamental esta faceta, ya que la producción ofensiva de los rojos no fue numerosa. Recién en la fecha 9 recibieron el primer tanto en contra y la solidez fue producto de un rápido, eficaz y denso reagrupamiento defensivo, en el frontis del área penal hispana.
Equipo base de memoria
El DT Martín Palermo no movió mucho las piezas del equipo durante el campeonato. El bloque defensivo básico fue siempre el mismo (Diego Sánchez, Juan Pablo Gómez, Ramiro González, Ángelo Pizzorno, Diego Sosa y Sebastián Gallucci), salvo la presencia inicial de Mario Larenas como lateral izquierdo. Desde la mitad hacia arriba, Pablo Aránguiz y Sebastián Jaime también actuaron permanentemente. En total, ocho jugadores como columna vertebral del equipo.
La irrupción de Canales
Gustavo Canales fue el regreso estrella en Santa Laura durante el receso de mediados de año. Al argentino-chileno le costó ponerse en forma, pero en la recta final del torneo alcanzó la titularidad y no la dejó. En sus dos primeros encuentros desde el inicio, se hizo presente en el marcador y le otorgó variantes más creativas y de elaboración de juego a la línea ofensiva del campeón.
Sustitutos adecuados de Pinares
Hasta cuando se marchó a Emiratos Árabes en septiembre, César Pinares había sido la gran figura de Unión. Tras su partida se instaló la duda en torno al correcto funcionamiento hispano, a raíz de su ausencia. Sin embargo, primero Israel Poblete y luego Gabriel Hauché asumieron el relevo del volante interior izquierdo en el mediocampo. El equipo perdió en remate de media distancia, pero la gestación de fútbol no se resintió significativamente.
Modelo funcional a los jugadores
Desde su llegada a Chile, Palermo se ha conducido con plena claridad. No ha entregado el discurso ofensivo de muchos y, por el contrario, construyó toda una estructura de juego en vista de la capacidad de los jugadores disponibles.
Sin disponibilidad de aleros actuó siempre con dos centrodelanteros. Por la buena cantidad de interiores construyó un rombo en la línea media. Con dotación de zagueros para desenvolverse más cerca de su área, generó un desdoblamiento alternado de los laterales y la ubicación fija de Gallucci como apoyo de los defensores. Así, con tal organización táctica logró la excelencia en el Transición.