La emocionante historia detrás del festejo de la estrella venezolana de Antofagasta

Carlos Eduardo Gil García murió en Venezuela el pasado 2 de febrero, un día antes que su nieto debutara en Antofagasta frente a Colo Colo. Era el abuelo de Eduard Bello, el joven de 22 años que llegó esta temporada desde el Carabobo y que después de dos partidos tiene a todos entusiasmado en el norte del país.

Bello recibió el golpe en la concentración, lo lloró a la distancia. “Mi abuelo tenía un sueño. Me dijo que iba a salir de Venezuela cuando me fuera a ver jugar en el extranjero. Ahora tuve la oportunidad de salir, pero no me dio chance, no alcanzó”, recuerda a As.com al otro lado del teléfono.

El joven le rindió homenaje en cancha. En cada regate, en cada jugada ante Colo Colo, Bello pensaba en él, en aquellos que dejó atrás en la localidad de Cúa, cerca de Caracas, para cumplir su sueño. En su familia frente al televisor viendo como cumplía lo que había dicho años antes: “algún día voy a estar yo detrás de la pantalla”.

La primera decisión importante que tomó Bello fue elegir entre el béisbol o el fútbol. “Tenía condiciones para ambas pero yo me podía pasar días pateando un balón”, cuenta. A los 16 años se lo tomó enserio: se despidió de su familia y emigró al Yaracuyanos FC, un pequeño club de la localidad de San Felipe, donde debutó profesionalmente.

A partir de ahí todo ha sido más o menos rápido en su carrera. Con 19 años firmó en Carabobo, jugó un par de temporadas y se transformó en uno de los jugadores más proyección de la liga venezolana. A comienzos de este año le llegaron varias ofertas: él decidió aceptar la de Antofagasta.

“No lo dudé. Estaba muy enfocado. Siempre supe lo que quería: ser profesional. Nicolás Larcamón me había pedido el año pasado como refuerzo pero yo me enteré después de esa propuesta. Venían siguiéndome hace rato, y ahora se dio”, afirma dando las gracias a dios, como varias veces durante la entrevista.

En Antofagasta, de a poco las cosas empiezan a funcionar. "Me voy acostumbrado a estar solo, al clima, al fútbol más intenso, más rápido, con más patadas, que el fútbol venezolano”, explica. El fin de semana pasado Bello tuvo la oportunidad de convertir su primer gol. Lo festejo de rodillas, emocionando, apuntando con las manos al cielo. "Estoy seguro que mi abuelo me pudo ver".