El notable espectáculo de Nico Massú en la práctica chilena
Jugó un dobles con Jorge Aguilar y lo vivió como en sus mejores tiempos. Perdió el set disputado ante el dúo Podlipnik-Tabilo, pero ya pidió la revancha. “Denme tres semanas y les ganamos”, avisó.
“¡Dale Aguilar! Son nuestros, ¡dale que les ganamos!”. La frase corresponde a Nicolás Massú, un capitán que vive el entrenamiento de Hans Podlipnik y Alejandro Tabilo como si fuera el suyo en sus mejores tiempos. Nicolás Jarry entrenó por la mañana de forma intensa, por lo que en la tarde bajó las cargas. Así, sin el uno de Chile, el protagonismo pasó al ex medallista olímpico.
Y él asumió ese rol como un tenista más. Hizo dupla con Jorge Aguilar, quien lo acompaña en San Juan para esta serie. Y enfrentó H-Pod y al zurdo que reemplazó a Gonzalo Lama en el equipo. Jugaron un set. “Entero y con deuce, Podlipnik”, le advertía Massú al mejor doblista que hoy tiene la escuadra nacional.
Mientras practicaba unos servicios, el Vampiro también indicaba que “hace ocho meses no juego”. Podlipnik le pedía que no pusiera excusas. El tímido Tabilo solo sonreía. El duelo arrancó y Massú, mitad en broma y mitad en serio, comenzó con sus clásicos “¡vamos!”. Aguilar le gritaba los puntos a Podlipnik que se reía mientras se preparaba para responder.
Finalmente y después de varios quiebres, la manga quedó del lado de Podlipnik y Tabilo por 7-5. Al llegar a los asientos, Massú pidió de inmediato la revancha.
“Denme tres semanas y les ganamos”, prometió, mientras Aguilar molestaba a Tabilo por no cerrar rápido la victoria. “¡Fallaste cuatro seguidas, Tabilo!”, decía.
El espectáculo del viñamarino entretuvo al personal de aseo, a los guardias del estadio e incluso a algunos policías que se instalaron en un costado de la cancha. “¡Mueve la mano en la derecha, Massú!”, se recriminaba el ex campeón olímpico, mientras los funcionarios disfrutaban lo que veían.
En ese ambiente la delegación chilena completó su doble turno del día lunes en el Aldo Cantoni. Años más, años menos, la esencia de Nicolás Massú no ha cambiado. Y el equipo lo disfruta.