Hernández
¿Y ahora... quién ataja?
La declaración de Reinaldo Rueda sobre los arqueros chilenos es tan cierta como lapidaria: son grandes (mayores) o extranjeros. La referencia aplica automáticamente a los tres grandes de la liga local: Colo Colo y Católica tienen porteros argentinos y la U uno que cumplió 37 años este miércoles. La incertidumbre respecto del regreso de Claudio Bravo a la Roja instala un tema relevante en el proceso que está iniciando el técnico colombiano.
Si bien el retorno del meta del Manchester City está en veremos luego que declarase que su ciclo en la Selección está vigente y se halla disponible para la próxima convocatoria, su edad se enmarca en el crudo diagnóstico. Bravo tiene 35 años y, en el evento de que Chile clasifique al mundial subsiguiente, llegaría a Qatar con 39, aunque David Pizarro diga que “le quedan 5 ó 6 años a un nivel importante”.
Como Bravo ha sido capitán y determinante en los triunfos de la Roja, su titularidad jamás estuvo en cuestión y, por lo tanto, Johnny Herrera como quienes rotaron en condición de tercer arquero tuvieron escasas opciones de jugar. El problema actual, y en línea con lo planteado por Rueda, es que varios de esos metas viven realidades complejas como Cristopher Toselli (desechado por Atlas), Paulo Garcés (con dopaje) o Gabriel Castellón (suplente de Viana en Primera B). Sin contar a Luis Marín que colgó los guantes. Ninguno de los tres primeros logró dar un salto de calidad en las últimas temporadas y está cerca de Bravo o Herrera. La pregunta es ¿quién tomará el testimonio camino a la Copa América de Brasil 2019 y las clasificatorias venideras?
En ese contexto, la continuidad de Bravo no puede desecharse tan fácilmente. Estemos de acuerdo o no con sus formas y aun teniendo un flanco abierto en el camarín y también con Rueda y Salah es indesmentible que sigue siendo un arquero de elite, muy superior al resto. Una cosa es la saludable renovación y otra prescindir de su oficio y categoría. Debe recomponer relaciones, legitimar su capitanía a puertas cerradas y reencantarse con el nuevo proceso. La pelota está en sus manos. Como dijo el técnico, no es necesario hablar ni juntarse. El de Viluco solo debe aceptar la próxima nominación.
Visto el panorama, la tarea de Rueda es elegir y potenciar a los arqueros de la nueva era. En la gira de fines de marzo por Europa dio una señal concluyente al convocar a Bryan Cortés (23) y Gonzalo Collao (20). Ahora, la misión es ampliar el universo de elegibles y evaluar a quienes vienen reclamando una oportunidad. En ese grupo, destacan Gabriel Arias (30) y Fernando de Paul (27), el primero chileno-argentino y el segundo, nacionalizado. En una liga donde predominan los arqueros mayores y extranjeros hay que agotar las alternativas y probar. No queda otra.