PRIMERA B
El perfil de DT ofensivo con el que Ramírez llegó a Wanderers
Ante Valdivia, el ex técnico de San Luis iniciará su labor para alejar a los caturros del descenso y en Valparaíso confían en el estilo de juego que implementa.
Miguel Ramírez fue presentado como nuevo entrenador de Santiago Wanderers en reemplazo de Moisés Villarroel y debutará contra Valdivia, este domingo. El ex DT de San Luis tendrá la misión de alejar a los caturros del puesto de descenso en Primera B.
Fiel a su estilo, el entrenador chileno prometió "ir al frente en cada partido" sin importar el rival del momento ni la cancha donde vaya a actuar el elenco porteño. Durante la presentación, se mantuvo firme en su postura de privilegiar el juego ofensivo por sobre cualquier otra fórmula.
Debut en San Luis
El paso por San Luis fue la primera experiencia de Ramírez como entrenador en jefe, pues antes solo cumplió con labores de ayudantías técnicas en otros clubes. En los tres que estuvo en Quilllota, el ex zaguero, gracias a un modelo de juego atrevido y con énfasis en la alta intensidad, se forjó una imagen de técnico ofensivo, que es el perfil con el que ahora desembarca en el cuadro wanderino.
En su estreno, el nuevo DT caturro condujo a San Luis en el Apertura 2015/2016 y consiguió el complejo objetivo de evitar el descenso a Primera B. Lo hizo con interesantes promedios: 51,2 por ciento de posesión de balón, 1,56 goles a favor y 1,22 en contra, 11,8 tiros al arco rival y 11 recibidos en su propia portería, anotando un tanto cada 7,6 disparos y con el cuadro oponente convirtiendo cada 9 remates. Una claro desarrollo del juego con tintes ofensivas.
Lo que vino después
Posteriormente, Ramírez dirigió a los canarios en 5 torneos nacionales y en dos Copas Chile, arrojando un total de 8 campeonatos hasta dejar la banca quillotana al final de la primera rueda, antes del Mundial de Rusia. Luego de su debut durante el segundo semestre de 2015, el tono futbolístico de San Luis sufrió un cambio en su cariz ofensivo, de acuerdo a las cifras.
En el total de 8 torneos dirigidos por el ex defensor, la posesión de balón alcanzó una media de 51,5 por ciento, manteniéndose el valor en el rango exhibido durante el inicio del proceso en Quillota. Sin embargo, en las variables tiros efectuados y recibidos hubo una modificación: el elenco canario realizó en promedio 10,7 disparos y hacia su portería se dirigieron 12,2 remates, lo que arroja más tiros en contra.
En el plano de la eficacia ofensiva también hubo un cambio. Al final, durante todo su ciclo en el club, el equipo de Ramírez, en promedio, requirió 8,5 tiros para anotar un gol, en circunstancias que su rival precisaron 8,3 disparos, lo que habla de un equiparidad casi plena entre lo gestado en ataque y lo sufrido, a raíz del accionar del rival, en la propia portería.
Todo lo anterior expresados en términos porcentuales hace un poco más gráfico el asunto. En los ocho torneos con Ramírez en la banca, San Luis tuvo una efectividad ofensiva de 11,8 por ciento, vale decir que anotó solo ese valor porcentual del total de sus disparos. Mientras que sus oponentes lograron una media de efectividad de 12,1 por ciento, superando a los quillotanos en el plano de la productividad en ataque.
