En el fútbol no caben los tajantes
Lo mejor del fútbol es que los absolutos no tienen cabida. Los que creen en una sola forma de ganar, los que pregonan un discurso exclusivo, los que auguran imposibles o jamases, en este juego, el juego más hermoso del mundo, no tienen espacio.
Todos han perdido más de lo que ha ganado. No existe entrenador, club, hinchada, dirigencia, que no haya vivido una derrota estrepitosa o una mala campaña. Algunos nunca han ganado, es cierto, pero tienen una afición que los respalda, demostrando que en el fútbol la lógica es ambigua y el corazón, junto a nuestra biografía, nos hace amar de sobremanera colores que seguramente jamás darán una vuelta olímpica.
¿Es posible que uno de los mejores equipos del mundo, con el mejor jugador del mundo, pierda una semifinal después de ganar 3-0 el primer partido, ante un rival que tenía a sus mejores jugadores afuera por lesión? Es posible. ¿Es posible que el Liverpool, con una campaña impecable en la Premier League, perdiendo sólo un partido en toda la campaña, con más de 90 puntos, no sea campeón? Es posible. ¿Es posible que el Manchester City, que tritura a todos en una de las mejores ligas del mundo, no logre superar las semifinales de la Champions, teniendo a un ilustre entrenador en el banquillo? Es posible. ¿Es posible que el Ajax, con un promedio de edad en su plantel de 22 años, elimine en fases seguidas al Real Madrid y la Juventus, con Cristiano Ronaldo en cancha? Es posible. ¿Es posible que el equipo holandés pierda una clasificatoria en casa cuando ganaba 2-0 en el primer tiempo ante el Tottenham? Es posible. Y podemos seguir. Es posible que el PSG no se acerque a la Orejona, es posible que Grecia haya sido campeón de Europa, es posible que el Leicester gane la Premier, es posible que River Plate juegue en la B y seis años después lo gane todo. Es posible.
Pese a esto, aún permanecen agazapados los infalibles, los defensores de las causas ganadas, los que esperan que pierdan Guardiola, Barcelona, Bielsa, Mourinho, Chile, Argentina, Messi, Klopp, Cristiano Ronaldo, Real Madrid, Simeone o el que sea, para tirar encima su discurso prefabricado y asegurar que la derrota de su “enemigo” es su propia victoria. Bien por ellos, porque como todos pierden alguna vez, tienen asegurada su felicidad en algún momento, aunque sea a cuentagotas y no por victorias propias, sino por derrotas ajenas.