Críticas y elogios: el rol táctico ignorado de Javier Parraguez
El ariete solo pudo anotar en la tercera opción de gol clara que tuvo, pero en el trámite grueso del duelo en La Florida cumplió una labor de impacto ofensivo.
Javier Parraguez pudo conseguir algo de tranquilidad recién en el minuto 83 del triunfo por 4-2 de Colo Colo frente a Audax Italiano. El centrodelantero de los albos, quien desplazó a Iván Morales en la disputa por reemplazar a Esteban Paredes en La Florida, anotó el último tanto del cuadro visitante y confirmó la victoria. Antes, sin embargo, fue blanco de las críticas.
Principalmente, por dos acciones de gol que el ariete malogró en plena área penal. En la primera, quedó solo por la derecha en diagonal hacia el arco y su disparo de zurda se fue elevado por sobre el travesaño. En la siguiente, Marcos Bolados lo dejó libre frente al meta Joaquín Muñoz, se descoordinó en el contacto con el balón y desvío en la definición increíblemente.
Nueva faceta
Ambas escenas de juego ilustraban hasta el minuto 83 la actuación de Parraguez. Sin embargo, contó con la oportunidad de redimirse y no falló. Bolados envió un centro desde la derecha y, en su mejor recurso ofensivo, el centroatacante sacó un cabezazo potente que entró junto al poste derecho, anotando el 4-2 final y sentenciando el partido.
La cifra le sirvió al '9' del Cacique para aclarar la imagen que dejó en el encuentro. Su presencia en la evaluación claramente estuvo por debajo del buen cometido de Bolados y Pablo Mouche, dos de los mejores hombres de la cancha. Sin embargo, realizó una llamativa labor de soporte a distancia en la gestación de juego y también de creación de espacios para ampliar las zonas de acción precisamente de los extremos colocolinos.
Descenso y asociación
Parraguez exhibe un perfil de centrodelantero de área, dotado para la refriega con los centrales, sobre todo en las disputas aéreas. Contra Audax sorprendió con descensos hacia el sector medio para involucrarse en la construcción de juego. Aunque recibió siempre de espalda al arco rival y tuvo dificultad en el manejo del balón, en pocas ocasiones perdió la pelota y fue una opción de pase a distancia confiable para verticalizar el juego desde líneas retrasadas.
Así intervino en el 3-1 parcial de Bolados. Bajó hasta la línea de la mitad de la cancha, recepcionó de espalda y habilitó a Gabriel Suazo para que este realizara la asistencia al antofagastino en su conquista. Después, en su anotación también descendió, arrastrando la marca, jugó de frente con Carlo Villanueva para que el volante habilitara a Bolados, quien envió el centro para su cifra personal.
Espacio para los extremos
Eso en lo relativo a su intervención con el balón. Sin embargo, hubo varias situaciones de partido en que la labor del reemplazante de Paredes también tuvo incidencia pese a no entrar en contacto con la pelota. Cada desmarcación descendente implicó un movimiento longitudinal de uno de los centrales, lo que claramente amplio el campo de acción de los extremos, Bolados y Mouche.
El ascenso de un zaguero, siguiendo en la marca a Parraguez, provocó el ajuste posicional del otro central libre y las opciones de cobertura por el eje de la defensa se redujeron, debido a la salida desde la última línea de un componente. En ocasiones, la maniobra distractoria resultó útil parar liberar el flanco interior y tornar más abordables las acciones de centralización, con y sin balón, de los delanteros externos.