La odisea de jugador chileno que viajó 26 horas en bus para volver al país: "Casi no dormí"
Óscar Salinas rescindió su contrato con Oriente Petrolero y regresó a Iquique junto a su familia en un bus conseguido por el consulado. "Mis hijos se apunaron", dice a AS.
Óscar Salinas (31) llegó a inicios de año a Oriente Petrolero, su primer club fuera de Chile. Había marcado tres goles en 10 partidos con el club boliviano que no pasaba un buen momento en el torneo local, aunque el nivel del nacional era valorado en el altiplano. Sin embargo, la llegada del coronavirus a Sudamérica cambió todo. Después de 40 días prácticamente encerrado en su departamento junto a su familia, tomó la decisión de volver al país. Y el viaje hacia Iquique fue durísimo.
"Hicimos la vuelta por tierra. Fueron 26 horas en total. Nos comunicamos con el consulado y nos pidieron los datos para después designarnos un bus que salió el miércoles pasado en la tarde y llegamos como a las 23 horas del día siguiente a Iquique", dice Salinas a AS desde el hotel que el Minsal le designó para iniciar su cuarentena en el país.
"Nadie podía subir con síntomas al bus. Todos nos hicimos exámenes previamente, nos tomaron la temperatura, entonces estábamos sanos", agrega.
-¿Cómo fue el viaje?
-Yo no dormí casi nada, para estar pendiente de los niños. Fue dura esa parte. Veníamos con mascarillas, guantes, gorro y lentes, entonces con mi señora no dormimos prácticamente para que no se los sacaran. Nos preocupábamos de desinfectar los asientos y las manos de los niños cada una hora, así que imagínate. Veníamos a una distancia prudente, ellos jugaban y les contábamos cuentos. A mí se me hizo corto, porque venía con la angustia de que no les pasara nada a ellos.
-¿Qué fue lo más difícil que debieron vivir?
-Pasamos por lugares a 4.100 metros de altura, los niños se apunaron, vomitaron, entonces no pensaba nada más en que estuvieran bien. Bloqueé de alguna forma la gran cantidad de horas que viajamos y los dolores. Los buses paraban en ciertas partes donde había militares. Preguntaban cuántos veníamos, nos examinaban y nos íbamos.
-¿Cuál era la situación en Bolivia?
-Se estaba complicando todo. Salieron los militares a la calle, solo podías salir dos días a la semana al supermercado, entonces se hacía difícil seguir. Estuvimos 40 días encerrados. Entrenaba en el living, salía al supermercado, caminaba ocho a 10 cuadras y volvía con 15 bolsas.
-¿Le costó tomar la decisión?
-Fue duro. Fueron días pensando muchas cosas, en proteger a nuestros hijos, porque si nos llegábamos a contagiar yendo al supermercado no teníamos con quién dejarlos. Fue muy difícil tomar la decisión, pero fue la adecuada.
-¿Cuál fue la reacción de la dirigencia?
-Nos entendimos de inmediato. Hablé con el presidente y comprendió mi situación, es una muy buena persona, entendió que era una decisión netamente familiar y además liberaba un cupo de extranjero en cuanto al tema económico. Y finiquité. Veré mis opciones cuando se normalice esto.
-¿Con qué se encontró en Iquique?
Nosotros no salimos del hotel. El Seremi y el Ministerio nos viene a revisar todos los días. Sí vemos afuera a gente con mascarillas, pero no sé si la gente le está tomando el peso a la situación.
-¿Por qué?
-Pienso que están subestimando la pandemia. Es lamentable porque capaz que tú te contagies y no te pase nada, pero sí a tus cercanos.
-¿Qué ha podido hacer en estos días?
-He hablado con Matías Donoso, Diego Fernández, Misael Cubillos, Hans Salinas, Rodrigo Naranjo y me preguntaron cómo estaba, si necesitábamos algo. Le agradezco también a Gamadiel García, Elías Jacob, Nico Larrondo, entre otros, por ayudarme.