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Preguntas que uno se hace

Preguntas que uno se hace
PoolGetty Images

Esta columna fue escrita después del partido contra Perú y antes del duelo ante Venezuela por clasificatorias. Con un resultado puesto y el otro todavía incierto.

¿Mereció ganar Chile? Fue una victoria trabajada, trabada, en el marco de un partido que no fue el más brillante de ninguno de los dos, pero la victoria fue absolutamente merecida. En el primer tiempo la Roja fue más que Perú. El cotejo se abre con un gol de Arturo Vidal de otra galaxia. El segundo tanto le permitió al equipo de Rueda obtener una distancia que no había registrado en eliminatorias. Chile nunca había estado dos goles arriba. En el marco de un partido parejo, esa ventaja es enorme y se administró, con algo más de recaudo, en el segundo tiempo.

¿Resultaron las apuestas de Rueda? Frente a los peruanos, todas. Detalle no menor. Chile ganó un partido sin Alexis Sánchez (jugó los minutos finales), sin Charles Aránguiz y sin Gary Medel, tres que hasta hace poco eran parte de la columna central del equipo. Si antes del duelo anunciamos que el tridente ofensivo serían Orellana, Mora y Meneses muchos fruncirían el ceño y con razón, pues nunca habían jugado juntos. El retroceso de Orellana y Meneses fue clave para aumentar una banda donde Isla y Beausejour debían contener a Advíncula-Carrillo por la derecha y a Trauco-Flores por la izquierda. Isla y Beausejour tienen, ambos, más de cien partidos por la Selección. Con oficio sacaron adelante una tarea compleja. Mora se recogió e hizo una labor táctica importante.

¿Pulgar fue el más bajo? Puede ser, pero en ningún caso hizo un mal partido. Estuvo impreciso en algunos controles y cesiones, pero equilibró esos yerros con una inteligencia táctica que le permitía estar bien parado. La permanente proyección de Vidal se explica también por la presencia de Pulgar. Después de viajar 30 horas, llegar en la víspera y jugar hasta casi romperse, es normal que pierda algunos balones.

¿Hay recambio? Pronto para asegurarlo. Pero no es fácil ganar con las ausencias que tuvo Chile. En la carrera larga se verá si los nuevos convocados están a la altura de los desafíos. Pero contra Perú jugaron dos que llevan cinco eliminatorias (Bravo y Beausejour) con otros que juegan su primera como titulares (Díaz, Maripán, Pulgar, Pinares, Meneses, Mora). Así como si Chile perdía no estaba prontamente eliminado, la victoria no lo deja ni cerca aún de una clasificación asegurada. Las eliminatorias más difíciles del mundo son una maratón.

¿Vidal es el mejor jugador chileno de la historia? Cada partido de la selección renueva esta discusión. Al menos es el único que discute el cetro con Elías Figueroa. Ha asumido un rol de echarse el equipo encima cuando más se requiere. Anota una cantidad de goles propia de un delantero. Y conquistas que son claves. Vidal sabe que su gran deuda con la Roja ha sido en los Mundiales, por diferentes razones. Con Bielsa nunca jugó cómodo y con Sampaoli llegó al límite de su condición física. Vidal, más que cualquiera, quiere jugar otro Mundial. Y romperla.

¿Bravo es el arquero? Jamás estuvo en duda. Quienes ponían esta interrogante no usaron argumentos futbolísticos. La atajada de Bravo en el último minuto del primer tiempo a Ruidíaz mantuvo a Chile con una ventaja clave, capaz de sostenerse hasta el final. Por lo que ataja e irradia, es lejos uno de los mejores del continente, a años luz de sus relevos chilenos.

¿Es intenso Chile? El equipo cae en los segundos tiempos. Le ocurrió en todos los partidos. El ritmo de los seleccionados es disparejo. Quienes más juegan en sus clubes sostienen 90 minutos de alta intensidad. Los que alternan, mucho menos. Y los que juegan en el medio local, sufren. César Pinares, que acaba de ser transferido al Gremio, hizo un estupendo primer tiempo. Preciso, certero, jugó e hizo jugar. Pero se agotó en la segunda parte.

¿Tiene Chile un estilo de juego? Falta y no poco para eso. El equipo compite, lo que es un valor en un período de recambio generacional. La baraja de opciones es corta y a ratos dispareja. Eso se ha notado y se seguirá notando. Por eso Rueda plantea partidos batalladores. No me imagino a Chile ganando por muchos goles o perdiendo por muchos goles. Uno de los errores más grandes es comentar partidos que queremos que se jueguen y no los que se están jugando. El fútbol es un deporte de oposición. Al frente hay un rival que te quiere ganar y a veces te supera, juega mejor y te gana.

Por si acaso.