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Torneo Nacional

Gol y autogol: algo mucho más común de lo que se imagina

Juan Cornejo incrementó a 37 el número de jugadores que anotaron en valla propia y en la de enfrente en un mismo partido de Primera División en Chile.

Gol y autogol: algo mucho más común de lo que se imagina
ANDRES PINA/PHOTOSPORT

José María Rojas fue el primero en sufrir el infortunio y luego remediarlo con una conquista. El 22 de junio de 1941 anotó un autogol, a los 27 minutos, y luego un gol, a los 79', en el triunfo de Badminton sobre Green Cross, en el estadio Nacional. Y desde ese día se produjo algo que ocurre la mayoría de las veces en que este fenómeno sucede: primero se anota en puerta propia y luego en la contraria.

El último caso fue Juan Cornejo de Universidad Católica, que se convirtió en el jugador número 37 que anota un gol y un autogol en un mismo partido, por Torneos Nacionales de Primera División. Una situación que se dio 38 veces, ya que el ex crack cruzado Rodolfo Almeyda se repitió el plato.

Ahora, ante La Serena en La Portada, Cornejo abrió la cuenta con un tiro libre a los 25', pero a los 55' tuvo el infortunio de batir su propio arco, tras un zurdazo de Humberto Suazo.

Valber Huerta, el último caso

Valber Huerta, defensor de Huachipato, vivió esta curiosa situación en un duelo ante Audax Italiano por el Transición 2017. Cuando el partido recién comenzaba, intentó rechazar un centro de Nicolás Crovetto con su pierna menos hábil, la derecha, y la clavó en la portería ante la atónita mirada de su compañero Carlos Lampe, quien quedó inmóvil como una estatua.

"Nunca me había pasado, ni siquiera en partidos amateur", contó Huerta este lunes en Talcahuano. El zurdo explica así el vertiginoso tránsito de la decepción a la algarabía en menos de 90 minutos: "Cuando hice el autogol sentí el apoyo de la gente, del entrenador y de mis compañeros. Eso me ayudó bastante a levantar cabeza. Sabía que tenía que hacer algo para enmendar el error y gracias a Dios salió el gol a los pocos minutos después. Fue un alivio muy grande porque sabía que el equipo estaba perdiendo por mi error".

Huerta estaba destinado a ser el blanco de las bromas de sus compañeros en Huachipato, pero la historia del autogol pasó a segundo plano tras saberse la noticia que el zurdo tenía muy escondida. "Me puse el parche antes de la herida y lo tomé con humor antes que me molestaran. Ahí aproveché de contarles que seré padre. Entonces, el autogol pasó a segundo plano".

Gol y autogol

Universidad Católica registra siete goles y autogoles en un mismo partido en Primera División y le pasó a varios ilustres cruzados como Rodolfo Almeyda, Fernando Carvallo y Luis Abarca, entre otros. Roberto Gutiérrez, lo vivió hace 10 años cuando jugaba por la UC contra Deportes Melipilla, en partido que los de la franja ganaron por 4-1. A Colo Colo le ha pasado dos veces. En cambio, a Universidad de Chile jamás le ocurrió.

Antes de Huerta y Cornejo, el último "privilegiado" había sido Miguel Escalona, autor de los dos goles en el empate 1-1 de Cobresal contra Santiago Wanderers, en el Apertura 2016. "Tuve que aguantar varias veces la talla: 'Si no hubieras jugado, terminaba cero a cero'", explica entre risas.

A Escalona, quien había sido campeón con los mineros un año antes, le tocó festejar primero y vivir la amargura después. "Anoté el 1-0 de cabeza tras un tiro de esquina. El autogol fue al final del partido. Intenté despejar, me dio mal el bote y le pegué con la canilla. Fue sombrerito al arquero, un autogolazo. Y no tuve tiempo para intentar reivindicarme. Menos mal que era el empate. Si perdíamos por ese autogol me mataban", dice Escalona.

La historia es antigua. "Pasa mucho cuando los volantes ofensivos y delanteros bajan a ayudar a la defensa y no tienen costumbre", explica Víctor Merello, quien curiosamente le pegó mal a una pelota y dejó sin opciones a su arquero Miguel Ángel Laino en un Cobreloa vs Wanderers del 8 de diciembre de 1983.

El Chueco se reivindicó minutos después: "Más que pagar un error, le agregas más valor a lo que ya hiciste. El autogol es un accidente que se produce por ir a ayudar. Hay que ser fuerte de cabeza para sobreponerse".

El periodista Pablo Ortega, ex defensor central, también lo vivió cuando vestía la camiseta de Unión Española en una visita a O'Higgins el 12 de marzo de 2000, por Copa Chile.

"Fue un centro desde la izquierda que quise rechazar con borde externo. Debía haberle pegado con la zurda, pero siempre me había resultado así. Ese día no y se la desvié abajo al segundo palo a Hernán Caputto. Fue el 0-1, en el primer tiempo. En el segundo, el arquero de ellos (Beto González) manoteó corta la pelota en un centro y anoté el empate. Fue el 2-2 y el Flaco Medina me gritaba: 'Te reivindicaste, te reivindicaste'. Al final ganamos 3-2", cuenta.

Como se ha dado 38 veces, no es poco común que un jugador anote un gol y un autogol en el mismo partido. Lo que sí es extraño es que un futbolista protagonice este fenómeno dos veces en su carrera. Le ocurrió al argentino nacionalizado de la UC Rodolfo Almeyda, primero ante la U en 1947 y luego ante Iberia en 1951. En otros torneos, Copa Chile o competiciones internacionales, también lo vivieron el sanfelipeño Héctor Roco y al penquista Jorge Torres.

En la temporada 1999, Deportes Concepción vivió el hecho dos veces en menos de un mes. Primero fue el ya citado Torres, ante Rosario Central por la Copa Conmebol, y tres semanas después hizo lo mismo su compañero de zaga, Marco Bautista, ante Rangers en Talca, por el torneo nacional.