Así se formó el nuevo jugador exportable del fútbol chileno
Tomás Alarcón está en la mira del Inter de Porto Alegre y en el Fútbol Joven del elenco de Rancagua no olvidan su etapa de crecimiento: "Era un 'viejo chico' en la cancha".
Hace unos días generó amplias repercusiones la información en torno a que el Inter de Porto Alegre está interesado en contar con Tomás Alarcón, joven volante de O'Higgins, quien ya incluso debutó como titular por la Roja ante Bolivia en el primer partido de Martín Lasarte como DT del cuadro nacional. El mediocampista rancagüino, de 22 años, podría unirse entonces a Carlos Palacios, otro hombre con gran proyección que dejó Unión Española para emigrar a Brasil.
Alarcón es unos de los referentes actuales de O'Higgins, pese a su corta edad. Se formó precisamente en la escuadra celeste y, durante todo su proceso formativo, generó expectativas en torno a convertirse un jugador exportable en el mediano plazo. Víctor Fuentes, integrante del cuerpo técnico del Fútbol Joven del elenco de Rancagua, fue testigo de cómo se forjó la nueva joya de la liga chileno.
"Tomás llegó a los 13 años al club. Recuerdo que yo dirigía la Sub 14 y lo hice jugar varios partidos en nuestra categoría. Lo subimos de categoría, porque tenía las condiciones para eso. Era un ‘viejo chico’ en la cancha, llamó inmediatamente la atención", cuenta Fuentes a AS Chile.
-¿Lo recibieron como volante central o en otra posición?
-No, él era central, de esos centrales antiguos, que jugaba con uno marcando y otro bien echado atrás. En esa etapa, pudimos salir campeones de Chile y participar en un torneo internacional en Irlanda. Allá salimos quintos entre 28 equipos. Entonces empezamos a pensar cómo proyectábamos a Tomás y llegamos a la conclusión que, como central, iba a ser difícil que fuera un jugador exportable.
-¿Entonces lo ascendieron al mediocampo?
-Claro, lo ubicamos como volante de contención y de hecho eso no tuve muy buena acogida del padre de é, porque decía que era central y Tomás también. Cuando los padres opinan es natural que influencien mucho a sus hijos.Le costó un poco asimilarlo, pero ya cuando al correr de los partidos tenía más posibilidades de llegar al gol y tener el balón lo asimiló de buena manera.
-Deben de estar conformes conformes con la decisión adoptada en ese momento.
-Creo que fue una de las grandes decisiones que tomamos acá en orden a convertirlo en volante de contención. No tuvimos gran contacto con el papá, pero era lo que nos transmitía Tomás respecto a sus sensaciones por el cambio de puesto.
-¿Prontamente dio visos de que podría llegar al primer equipo?
-Sí, aunque primero como un jugador de proyección. De hecho, cuando nosotros asumimos con Cristian Arán, en el año 2016, él ya estaba en el grupo de sparrings que entrenaba con nosotros y terminó debutando en Primera División. Fue el 2017 contra Iquique, de visita, en Primera. Fue rapidísima esa etapa para él.
-Un jugador joven adelantado, entonces.
-Claro, por ejemplo, si él era categoría Sub 15 jugaba por la Sub 16. Empezamos a acelerar el proceso subiéndolo de categoría. Cuando estuvo en edad de juvenil jugó muy poco, ya estaba de lleno en el plantel del primer equipo.
-¿Eso fue importante para él?
-Mira, una de las políticas deportivas acá en O’Higgins es acelerar los procesos de los jugadores que vemos con proyección hacia una o dos categorías mayores. Por supuesto que siempre y cuando los chicos puedan responder en esas categorías.
-¿Lo motivaba a Alarcón participar en una categoría mayor?
-Sí, bastante. De hecho, muy pocas veces volvió a jugar en su categoría original. Yo te diría que, a lo mejor, fue en una semifinal o puedo haber sido tal vez en una final, alguna instancia así. La mayoría de las veces se mantuvo en la serie en la que estaba promovido.
-¿Hoy lo ve con la misma presencia en la cancha de su etapa en cadetes o cambió?
-Es un segundo entrenador dentro de la cancha, capta todo. Tú lo ves como un chico que si está en el comedor comiendo con sus compañeros y se levantan, él toma los platos y los lleva. Si pudiera lavarlos, lo haría. Aparte de ser cognitivamente súper inteligente y manejarse muy bien y transmitir eso a sus compañeros, se transforma dentro de la cancha. Está encima de los árbitros, guapea, es otro chico, pero mantiene su inteligencia. Siempre tuvo esta característica y la fue puliendo mediante los años.