Macarena Lobo (36 años, a la izquierda en la foto principal) es una de las jugadores más importantes de pádel en Chile. La disciplina, que sufrió un repentino boom en medio de la pandemia y que hoy cuenta con más de 15 mil jugadores activos en el país, ha volcado toda la atención y muchos se preguntan a qué se debe. Lobo, número uno del ránking nacional de la Fepachi, explica en As el más reciente fenómeno del deporte.
La también profesora de Educación Física del colegio St. Margarets se prepara, además, para su desafío más importante del año: el Mundial de Qatar que se jugará en este mes de noviembre. La oriunda de Viña del Mar ya suma tres participaciones previas en certámenes globales y alcanzó un séptimo lugar en el que se realizó en Paraguay en 2018. Ahora, aspira a más.
- ¿Qué le parece la irrupción del pádel en Chile? - Ha sido el deporte que más ha crecido en el último tiempo, sobre todo por la pandemia, ya que es un deporte muy social, y se convirtió en una instancia en la que podías estar con más gente y de forma segura. Estoy súper contenta con eso, que comience a crecer tanto de forma recreativa como competitiva.
- ¿A qué cree que se debe el boom del que goza la disciplina hoy en día? - Es que el pádel es un deporte muy fácil de jugar, reúne gente fácilmente también, ya que puedes jugar de manera mixta, solo hombres o solo mujeres. El más malo en la cancha no se nota (ríe). Además, es más sencillo que jugar tenis, por lo que muchos se han cambiado.
- ¿Cuándo comenzó a practicar pádel? - Yo también vengo del tenis. Me invitaron a jugar pádel en 2013 y encontré otra oportunidad de competencia. Yo ya había sido mamá. En ese tiempo me invitaron a entrenar y ahí me quedó el bichito y no paré (ríe). Fue una instancia para volver a competir de manera más profesional y, además, de hacerlo por Chile. El tenis es un deporte mucho más individual, mucho más solitario, el pádel es trabajo en equipo, tiene esa faceta de que perteneces a un equipo cuando vas a representar a Chile. El pádel te saca de ese individualismo y te enseña a que dependes de otro más.
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- ¿Le costó mucho llegar a ser jugadora profesional? - Sí, bueno, ha sido un proceso de siete años. Ser deportista en Chile es difícil. He tenido la ayuda de mi familia y ahora último también he tenido mucho más apoyo en cuanto a indumentaria y materiales. Pero es un trabajo personal. Quise vivir toda esta parte de la competitividad. La mayoría de los gastos son personales, así que por ese lado no es fácil. También está el trabajo físico y sicológico. Estoy con un nutricionista, también con un kinesiólogo, porque como soy profesora de educación física, sé lo importante que es tener a esos profesionales detrás. Pero hoy no me quejo, porque alcancé los resultados que siempre quise tener.
- ¿Cómo se financia el pádel profesional? ¿Se puede vivir de él? - Ser deportista profesional en Chile, en cualquier área, es muy complejo. Creo que está todavía muy ligado a las grandes empresas, a los círculos sociales que te rodean. Hoy en día estamos en conversaciones con el Ministerio del Deporte. Todavía no está ese apoyo que nos gustaría tener porque no es un deporte olímpico. Sé que la Federación está haciendo muy buenas gestiones respecto de la parte internacional, porque la Fepachi es la que nos hace viajar y representar a Chile. Sé que también hay algunas conversaciones con el Gobierno, pero más allá de eso no podría contar, porque solo soy jugadora (ríe).
- ¿Cuántas veces entrena por semana? - A ver, en el pádel subir de nivel es rápido, porque te atrapa, te pones a entrenar, pero como en todo, llega un momento en que te estancas. Así que todo depende de uno. En mi caso, no he parado de entrenar. Hoy estoy entrenando con Noé Suárez, la coach de la selección femenina, que tengo la suerte que está acá en la V Región. Entreno con ella la parte técnica y táctica, unas tres o cuatro veces por semana, sumado a la preparación física que también es tres o cuatro veces a la semana. Mi trabajo sicológico lo hago con Alexis Ponce y Carlos Jorquera me asesora en la parte de nutrición. Pero, como te decía, es algo personal. Hago clases también entonces intento lidiar con todo eso en mis horarios.
- ¿Sus alumnos saben que es jugadora de pádel? ¿Qué le dicen? - ¡Sí! (sonríe). Yo hago clases en el colegio St Margarets de Concón y están felices, también hay muchas profesoras que juegan. Tuve unas alumnas que estuvieron en la preselección y no pudieron viajar al Mundial. Estamos incentivando el pádel femenino en menores, que empiecen a entrenar desde ahora y sean perseverantes. Quizá más adelante sale algún Javier Valdés, pero en el área de las mujeres. Y acá se puede hacer porque sus núcleos familiares les permiten viajar, tienen acceso a eso, entonces se podría hacer algo interesante.
- ¿Cuándo parte al Mundial de Qatar y cuáles son las expectativas? - Nosotros viajamos el 11 de noviembre. El Mundial es del 15 al 20, pero nos vamos unos días antes para sacarnos el viaje de encima. Y, bueno, las expectativas... en 2018 quedamos séptimas del mundo en Paraguay, así que por eso entramos directamente a este Mundial de Qatar, pero nos presentaremos sextas porque hay un equipo que se bajó. Esperamos quedar entre las seis primeras del mundo, y un grandísimo lugar sería quedar quintas. Todo va a depender. Son 16 países así que ahí vamos a ver. La gran mayoría son europeos, allá hay muchos países que son potencia y donde se juega mucho pádel.
- En diciembre se realizará la Padeltón y habrá una exhibición con la pareja número dos de Argentina. ¿Qué me podría contar sobre eso? - Sí, voy a jugar con Gabriela Roux. Diego George-Nascimento fue quien me invitó. No sé todavía si vendrá la pareja número dos, pero si se puede generar esa instancia, feliz. Sino, también muy contenta de participar, apoyar y mostrar lo mejor que se pueda lo que es el pádel femenino, e intentar motivar a todas las mujeres que están entusiasmadas con este deporte. Así que feliz de jugar el 3 y 4 de diciembre.