

Lo central en este momento es la definición del reemplazante de Sánchez. El recambio no existe, jamás apareció en los términos esperados, así que la dificultad es gigante.

Existen dudas razonables respecto de cómo se encuentra futbolísticamente Sánchez. Quien primero puso de relieve el asunto fue Simone Inzaghi en Italia y no en mala como se pudiera creer.

El mejor de los jugadores chilenos, el goleador histórico de la Roja, el máximo asistidor, no sólo se encuentra sin ritmo de competencia sino que aún no ha fichado en ningún club.

Debería custodiar el arco chileno en el arranque eliminatorio. ¿Por qué? Porque es el mejor de todos los arqueros.

Cada vez va quedando claro que Sánchez cuenta con la mayor chance de ser el exclusivo sobreviviente de la Generación Dorada en caso de lograr la clasificación al Mundial.

Tiene razón Sánchez cuando enumera que en las actuales nóminas quedan muy pocos de aquellos que condujeron a la Roja no sólo a campeonatos inéditos, sino a obtener un respeto transversal.

Dejemos que trabaje tranquilo, su proceso suma casi un año de labor y la inercia del comienzo ya está establecida. Claro, su gestión precisa de instancias de evaluación y el momento crucial será después de la sexta fecha de las Eliminatorias.

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