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FÚTBOL CHILENO

Las 5 razones del gran nivel de la U. de Conce y La Calera en 2018

Apenas por debajo de la UC, los elencos de Bozán y Rivero llevan el pulso del torneo con propuestas de juego modernas y versátiles. Son los cuadros revelación.

Las 5 razones del gran nivel de la U. de Conce y La Calera en 2018
RAUL ZAMORA/PHOTOSPORT

No cabe ninguna duda. Hasta el momento, las escuadras de Universidad de Concepción y Unión La Calera son las grandes revelaciones en el Torneo Nacional. Los penquistas suman 9 triunfos consecutivos y escoltan a la UC en la punta del campeonato. Mientras que el elenco cementero ocupa la tercera posición y atrae con su forma de juego.

Probablemente, no estaba en los cálculos de nadie. Sin embargo, con toda justicia por sus formas modernas y versátiles, los cuadros de provincia son los animadores de la temporada 2018, apenas por debajo del elenco cruzado, en lo que refiere a funcionamiento futbolístico. El análisis táctico pormenorizado de ambos equipos arroja cinco situaciones clave en el éxito que han conseguido hasta ahora.

Equipos compactos

Un aspecto que llama mucho la atención en la operatividad del Campanil y La Calera es la proximidad de sus líneas, tanto en defensa como en ataque. Ambos elencos se mueven en la cancha -longitudinal y transversalmente- como una gran estructura. Cuesta detectar oportunidades en que algún jugador queda desconectado del resto.

Al contrario, en la custodia de la portería todos rápidamente sobrepasan la línea del balón y esperan de frente el avance rival. En ofensiva, los defensores suben velozmente hasta la línea de la mitad de la cancha y son un importante respaldo de las maniobras de los delanteros.  

Ir y venir veloz

Las transiciones son clave en el fútbol. Un equipo que va y viene en la cancha en forma fluida y rápida aumenta considerablemente sus chances de éxito. Este componente táctico del juego es un rasgo sobresaliente en Universidad de Concepción y La Calera.

El bloque que conforman sus once jugadores, de forma compacta, se desplaza con velocidad en la cancha. En cosa de segundos sobrepasa la mitad del terreno de juego para desplegarse en ataque. Por el contrario, al perder la pelota todos -sin excepción alguna- repliegan hacia la zona determinada (normalmente en su propio campo) para presionar en bloque y achicar espacios en zonas próximas a su portería.

Varias formas en ataque

Lo que mejor realizan el Campanil y el cuadro que dirige Víctor Rivero es atacar en espacios amplios. En tales circunstancias, la elaboración ofensiva es acotada y en pocas combinaciones llegan al arco rival. Así pueden marcar diferencias en el trámite del partido.

Sin embargo, actuar mediante contraataques no es lo único en su menú ofensivo. Ante equipos replegados, también poseen recursos técnico-tácticos para construir maniobras. El balón circula con rapidez en anchura, detectando la brecha para la profundización ofensiva. Esta versatilidad en ataque no los vuelve equipos monotemáticos, lo que indudablemente es una fortaleza táctica.

Seguridad defensiva

La manía de salir jugando a todo evento posee solo acogida parcial en penquistas y cementeros. La pelota inicia su viaje a ras de piso desde atrás cuando el rival lo permite al no realizar una presión en zona su zona ofensiva. En caso contrario, el juego de ambos elencos es con envíos largos y mucha atención para disputar y ganar los rebotes.

Lo anterior ya es un plus en el tema de la seguridad defensiva. Cuando son atacados, se reagrupan estrechamente y la recuperación del balón o la interferencia del accionar oponentes es más por concentración de gente que por maniobras individuales. La dinámica presión-cobertura es eficaz:  por la correcta ubicación de los jugadores y además por la articulación colectiva de los 11 jugadores en los movimientos a lo ancho de la cancha.

Figura en la delantera

Normalmente, los elencos con todas las características descritas anteriormente precisan de un jugador que destaque a buen nivel en ataque para generar desequilibrios. Son fuerzas colectivas poderosas que precisan en un instante de la inspiración individual para lograr la diferencia. Muchas veces, lo anterior puede funcionar correctamente, pero si en ofensiva no hay alguien que anote, todo puede correr peligro.

Jean Meneses y Brian Fernández cumplen en buena forma con el papel de hombre excluyente. Ambos actúan en el ataque y eso para El Campanil y La Calera es una gran acontecimiento. Han sido clave con goles que han volcado los partidos en su favor. Son movedizos, busquillas, no se entregan a la marca. Poseen un cambio de ritmo crucial, que unido a su buen momento en la finiquitación le hace la vida más favorable a ambos elencos en el torneo.  

Unión La Calera