U.de Chile
El estilo de juego de Arias que dejó huella en Wanderers
El nuevo técnico de la U dirigió a los caturros en 2016, en medio de un difícil momento económico. De igual forma, peleó el título en el Clausura.
Alfredo Arias estuvo sólo seis meses en Santiago Wanderers, pero dejó huella en Valparaíso. El técnico uruguayo, flamante contratación de la U, cumplió buenas campañas en el elenco porteño, pese a un difícil momento económico.
Una de las características de Arias es su apuesta por los jugadores formados en casa. En Montevideo Wanderers ganó su primer título en 2014, con 17 de los 22 jugadores formados en las divisiones inferiores del elenco bohemio.
En Santiago Wanderers, Arias repitió esa fórmula. En el Clausura, el promedio del plantel fue de 23 años. Mauricio Viana (26), Óscar Opazo (25), Franz Schultz (24), Alvaro Ramos (24) y Ronnie Fernández (25) eran la columna vertebral del equipo. Fernández fue el goleador con ocho goles, seguido por el retornado Carlos Muñoz (4). "Fue el único equipo de la A y la B que no pudo contratar, por la complicada situación contractual que vivía el equipo", recordó el DT en su presentación como técnico de Universidad de Chile.
Ese equipo de Arias peleó el título a dos fechas del final. Tuvo partidos memorables, como la victoria 5-4 sobre la Universidad de Chile de Sebastián Beccacece en la décima jornada. La precaria situación económica no fue impedimento para que el equipo rindiera. Clasificó a la Liguilla de Copa Sudamericana, donde perdió la final ante O'Higgins.
En 20 partidos oficiales, el Wanderers de Arias ganó siete, empató ocho y perdió cinco, con un 48% de rendimiento. En goles, anotó 33 y recibió 28. El charrúa ocupaba una formación ofensiva con tres delanteros. Su oncena tipo fue la siguiente (4-3-3): Mauricio Viana; Oscar Opazo, Mario López, Mauricio Prieto, Juan Soto; Luis García, Franz Schultz, Adrián Cuadra; Álvaro Ramos, Carlos Muñoz y Ronnie Fernández.
Las razones de la salida
En entrevista con AS Chile, en marzo de 2016, Arias señaló que "el problema es económico, nada fácil de solucionar. Es como en una casa, todos quieren hacer lo mejor, pero cuando no hay dinero es difícil. Un equipo con un potencial enorme, formativas, una ciudad gigante que apoya. ¡Cómo no me va a dar tristeza alejarme de eso!"
Finalmente dejaría el club tras la primera fecha del Apertura, para firmar por Emelec, donde estuvo dos años y ganó un título en la Serie A de Ecuador. Después vino su campaña en Bolívar (2018) y ahora un nuevo desafío en el futbol chileno: Universidad de Chile.