"Errores infantiles": la debilidad que puso en alerta a Colo Colo
El Cacique recibió tres goles calcados y la defensa se mostró sin respuestas apropiadas. Un poderoso llamado de atención antes del Superclásico.
Que Colo Colo iba a tener dificultades en la vuelta de Campeonato Nacional, debido a los problemas durante la pausa por la pandemia del coronavirus, estaba más o menos claro. De todos modos fue un golpe duro la derrota por 3-2 ante Santiago Wanderers, por mucho que el plantel haya vivido el contratiempo de estar meses sin entrenamientos a cargo del cuerpo técnico debido a la aplicación de la Ley de Protección del Empleo.
Goles calcados
Lo concreto es que el local decayó durante el segundo tiempo, tras una primera fracción en que fue dominado, pero con ataques veloces y profundos logró anotar un gol y pudo sumar un par más en el Monumental. Al final, Wanderers impuso su estado futbolístico más desarrollado (volvió a las prácticas tres semanas antes) y obtuvo la victoria, aunque la sorprendente debilidad mostrada por el Cacique en los tantos recibidos fue un llamado de alerta antes del Superclásico.
Esteban Paredes no le hizo el quite a la inesperada contingencia defensiva y el capitán albo fue directo en sus apreciasiones. "En el segundo tiempo tuvimos errores infantiles. Hace cinco meses que no jugábamos y fue raro volver a jugar", indicó el ariete de Colo Colo, volviendo a analizar la inesperada derrota contra Wanderes.
En rigor, las conquistas caturras mostraron un patrón común y sobre todo el centro de la defensa colocolina, a cargo de Matías Zaldivia y Juan Manuel Insaurralde, no tuvo respuestas para neutralizar la ofensiva visitante. Todos los goles surgieron de centros desde los costados (dos de la derecha y uno de la izquierda) que fueron conectados por Sebastián Ubilla y Enzo Gutiérrez, sin oposición alguna para anotar.
Fallas repetidas
El comportamiento táctico disfuncional de la defensa alba tuvo su núcleo en el incumplimiento de dos principios de juego esenciales de la labor en la última línea: Impedir el centro y Control del atacante en zona de finiquito. Algo llamativo en vista del recorrido de los integrantes de la zaga (Opazo, Zaldivia, Insaurralde y Suazo), pero explicable a raíz de la falta absoluta de actividad, aunque esto sea algo más conceptual que práctico.
Los envíos surgieron desde los costados sin una oposición máxima para al menos afectar su precisión (solo Suazo, en el segundo tanto, fue agresivo en la marca pero igual Matías Fernández logró sacar el centro), mientras que en el eje de la defensa Zaldivia e Insaurralde, muy estáticos, fueron superados. Ambos son zagueros con oficio y en las tres situaciones de juego se vieron paralogizados desde el punto de vista táctico.
En el 1-1 parcial, Zaldivia quedó en un 1 vs 2 defensivo. Sin embargo, en vez de adoptar una posición equidistante entre ambos delanteros (Gutiérrez y Ubilla) para atacar el balón en el momento justo, optó por embestir al primero, resignando toda opción de despejar de cabeza para alejar el peligro.
En los dos goles restantes, la dupla de Zaldivia e Insaurralde se posicionó en forma adecauda en el instantes de la salida del balón desde la zona lateral. No obstante, a continuación carecieron de agresividad y proximidad en la marca de Gutiérrez a objeto de controlar al destinatario de la jugada, pese a disponer de tiempo y espacio para una oposición ágil y agresiva.