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CHILE - VENEZUELA

Marcelino Núñez, el heredero de Charles Aránguiz

Núñez, quien podría ocupar el lugar de Charles, tiene varios nexos futbolísticos que lo unen al histórico volante. Galdames es la otra opción.

Marcelino Núñez, el heredero de Charles Aránguiz
Daniel Apuy POOLEFE

No fue una gran sorpresa que Martín Lasarte tenga a Marcelino Núñez como el reemplazante más probable de Charles Aránguiz para enfrentar a Venezuela. Las señales en cuanto a la predilección futbolística del DT por el emergente volante de Universidad Católica eran evidentes. Lo hizo debutar en las Eliminatorias contra Colombia y luego lo incluyó desde el primer minuto ante Perú, en Lima. Que el uruguayo confía plenamente en Núñez está claro, pese a que Galdames asomó en las últimas horas como opción.

Más allá de esto, existe también una razón futbolística que justifica la presencia del mediocampista de la UC. Tiene que ver con los rasgos de juego que Lasarte debe intentar restituir en la zona de volantes de la Roja, a raíz de la inesperada deserción de Aránguiz. Respetando las diferencias y considerando además que Núñez se encuentra en la etapa inicial de su carrera, es el hombre de la actual convocatoria con más nexos tácticos con el mediocampista del Bayer Leverkusen.

Misma función

Aunque Aránguiz alterna entre la función de mediocampista central y su labor de siempre como volante mixto en Alemania, sigue siendo en esencia un hombre que ataca y defiende con igual grado de eficiencia en la zona media. Restringirlo exclusivamente a una de las dos fases del juego es un abordaje de su aporte en la Selección impreciso. Se trata de un jugador con una contribución global y de ahí su trascendencia en el conjunto nacional.

Algo similar, pero a menor escala por supuesto, acontece con Núñez en la UC. Su accionar resalta cuando los cruzados atacan y también defienden. Está presente en ambas fases con igual grado de eficiencia, a través de un recorrido permanente y longitudinal por la zona central del campo de juego. No es un hombre veloz, pero sí lo distingue la constancia de sus intervenciones. Esto sin duda lo une a Aránguiz y probablemente incidió en la decisión final de Lasarte respecto de su posible presencia contra los venezolanos.

Factor posicional

Al igual que el volante del Bayer Leverkusen, el cruzado pertenece al grupo de mediocampistas que exhiben una manejo elevado del aspecto posicional. Lo suyo es estar siempre bien parados: en la construcción de juego para ser siempre un apoyo que agiliza y facilita la circulación del balón y durante la etapa defensiva como obstáculos férreos de la progresión rival. 

Por lo tanto, su posible inclusión, como ocurre en caso de Aránguiz, conservaría el contrapunto en la zona media en relación a Arturo Vidal. El hombre del Inter de Milán es un todo terreno que en ocasiones marcha detrás del curso del balón y ese desorden benéfico acrecienta su figura, porque anota con regularidad y, en la fase de recuperación, es poderoso en el uno contra uno. Necesita junto a él otro volante que cubra los espacios que deja liberados y, por perfil de juego, Núñez cumpliría con esa labor.  

Otro ingrediente

La inclusión del mediocampista de la UC podría adicionar un contenido de juego desarrollado tenuemente hasta ahora en la Roja. Este se relaciona con la trascendencia de la ejecución de los balones detenidos como elemento ofensivo de riesgo para el cuadro oponente. Con Núñez en la cancha, Chile cuenta con un eximió gestor de estas acciones, de lo que ha dado muestras cabales en el Campeonato Nacional.

No es que la Roja no posea hombres para la ejecución adecuada de la táctica fija que busca un destinatario para convertir. De hecho, el propio Aránguiz cumple con esta labor en la escuadra nacional. Sin embargo, no cuenta con un ejecutante directo hacia la portería, con todo lo que esto puede significar en partidos de trámite cerrado, tal como se presume ante Venezuela. Estando el cruzado en la cancha, las faltas cercanas al arco oponente pasan también a ser un recurso válido de conversión.