ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Arcos

El Mago Valdivia fue feliz

Actualizado a
El Mago Valdivia fue feliz
DRAGOMIR YANKOVIC/PHOTOSPORT

Yo era uno de los escépticos respecto al rendimiento de Jorge Valdivia. En tiempos donde todos se las saben todas, admito mi prejuicio y error. Mis dudas, como siempre, no eran por las condiciones futbolísticas del Mago. Al revés. Es de los futbolistas más talentosos que he visto en Chile. Ve cosas que el resto no ve. Su velocidad mental impresiona. El gran atributo del 10 es que piensa antes que el resto y ejecuta con precisión.

Mi aprensión tenía que ver con dos aspectos. Su condición física y su comportamiento. El recelo no era gratis, el historial de Valdivia explica estas dudas. Pero el volante disipó con creces estos cuestionamientos.

Jorge Valdivia se dedicó a jugar. Estuvo en 13 de los 15 partidos de Colo Colo. A su aporte reconocido como enganche sumó un espíritu laborioso que no le veíamos desde la Copa América del 2015 cuando fue titular absoluto en la selección campeona de América que dirigía Jorge Sampaoli. Y se dedicó a jugar. No se le conoció ningún atisbo de indisciplina fuera de la cancha. Se enfocó en salir campeón, en aportar al equipo y lo consiguió.

Su carácter en la cancha lo traiciona. Se gana muchas tarjetas amarillas, casi todas por reclamos. Valdivia se justifica diciendo que sus protestas surgen porque le pegan demasiado. Es cierto, le dan duro, pero esa no es explicación plausible para ganarse demasiadas amonestaciones.

Incluso en sus declaraciones se nota más crecido y maduro. Este elemento no es relevante para su juego, pero nos permite deducir factores que son claves para que cualquier trabajo, en cualquier profesión, se desarrolle a cabalidad. Valdivia se notaba feliz. No era el arisco de antaño que peleaba y veía demonios en todas partes. Uno puede coincidir o no con sus afirmaciones, pero de eso se trata la libertad, concederle al otro pensar diferente y coincidir en el marco del respeto. Y Valdivia, con sus críticas a los medios incluso, no le faltó el respeto a nadie. Si uno coincide o no, es irrelevante.

Es cierto que al jugador se le evalúa por lo que hace en cancha, pero creo que cuando la cabeza está bien, cuando el espíritu está en orden, todos los trabajos funcionan mejor.

Jorge Valdivia fue, a mí gusto, el mejor jugador del torneo. Brindó en cancha un juego colectivo, cuando la pelota pasó por sus pies algo mejor venía después. El Mago fue feliz. Y cuando uno es feliz, se nota, aunque algunos se empecinen en no ver lo evidente.