La revolución de Giovagnoli
El DT sacó a O'Higgins del descenso y lo tiene cerca de acceder a la Copa Sudamericana, gracias a un giro radical en índices clave del nivel de juego.
Dalcio Giovagnoli asumió la conducción del plantel de O'Higgins a mediados de octubre del año pasado. Entonces, los rancagüinos solo sumaban 11 puntos en 15 fechas jugadas del Campeonato Nacional y su penúltimo lugar en la tabla de posiciones indicaba que deberían disputar el duelo de cierre de temporada por evitar el tercer descenso a Primera B.
La misión de mejorar el rendimiento del cuadro que había conducido el DT Patricio Graff se avizoraba compleja. Sin embargo, la gestión del estratega campeón con Cobresal por primera vez en 2015 ha resultado notable hasta ahora: O'Higgins hoy ocupa el noveno lugar, con 39 puntos, a solo una unidad de puestos de clasificación a la Copa Sudamericana y el peligro del descenso quedó atrás. Un giro revolucionario en la campaña.
Mejoría crucial
Con Giovagnoli en la banca, la escuadra de Rancagua exhibe hoy un 66,7% de rendimiento, lo que marca un vuelco ostensible respecto del panorama al momento de su llegada (solo ascendía a un 26,2%). El incremento es producto de que, en igual cantidad de partidos disputados (14), el actual DT obtuvo 8 triunfos, 4 empates y 2 derrotas, en circunstancias que Graff se marchó con un registro de 3 victorias, 2 igualdades y 9 caídas.
Por cierto que el buen desempeño tuvo también un impacto en el ítem de goles anotados y recibidos por los rancagüinos. La etapa de Giovagnoli exhibe una diferencia de 9 y pone de manifiesto un cambio drástico en torno a los -8 de su antecesor en el cargo.
Además, el promedio de goles convertidos por partido creció de 1,14 a 1,47, pero el gran cambio ocurrió en la media de tantos recibidos: de 1,71 descendió a 0,79. Esto indica que O'Higgins anota un poco más y recibe mucho menos conquistas, lo que da cuenta de que el gran cambio se sustenta en una evidente mejoría en la seguridad en defensa.
Eficacia en ataque
Respecto de la gestación de acciones ofensivas también se vislumbra una transformación importante. El vuelco se dio principalmente en el ítem tiros necesarios para convertir un gol. Con Graff, O'Higgins anotaba cada 10,6 remates y le marcaban en su portería con enorme facilidad: luego de 5,6 disparos. Hoy, el elenco celeste convierte cada 6,6 envíos y, por el contrario, el cuadro oponente solo puede festejar tras 12,8 tiros.
Como era esperable, estas últimas cifras exhiben un efecto importante en las variables de efectividad ofensiva y defensiva. En la actualidad, el 15,3% de las acciones de ataque de O'Higgins concluyen en gol y solamente el 6,1 de los rivales finalizan dentro de la portería del meta Augusto Batalla.
Con anterioridad, la situación fue muy distinta y de ahí entonces su mala ubicación en la tabla de posiciones. Solo el 9,4% de las maniobras ofensivas de los rancagüinos significaban un tanto, mientras que el 17,1% de las llegadas contrarias terminaban con un gol en contra.