Tiene muchas razones para molestarse por lo que está sucediendo con la Roja. La cosa se encamina, por ahora, a disputar solo el medio cupo al Mundial que quedará disponible al fin de las Eliminatorias.
“Aguardando que todo se vaya por la borda y que el proceso marche cuesta abajo en la rodada, los Juegos Panamericanos se han desarrollado con éxito en casi todas las materias...”
No es el mejor momento del DT en la Selección. Chile se derrumbó en el segundo tiempo contra Venezuela y terminó con un 3-0 en contra durísimo. La experiencia en los Panamericanos puede ser determinante.
Volvió Cobreloa al sitio que nunca debió perder. Porque es un grande de verdad. La historia, la memoria y el presente lo refuerzan.
La gran incógnita previa era qué pasaba con Valdés en la Selección que no lograba con regularidad trasladar al juego lo muy bueno que por años ha hecho en la liga mexicana.
Es grande el temor de que, en las Eliminatorias más fáciles de la historia reciente, Chile pueda complicar sus opciones de llegar al Mundial 2026.
Las migajas entregadas fueron disfrazadas por los máximos dirigentes sudamericanos como si fueran un galardón. Un honor.
Como no hay espacio, voluntad ni el más mínimo interés de todos por progresar en la mejoría del tiempo efectivo de juego, hoy la única salida posible es el castigo o la sanción.
La tarea principal de un DT es sacar rendimientos, hacer evolucionar a los jugadores y si no hay materia prima de tanta calidad, debe notarse aún más su mano.
No es llegar y poner once futbolistas para neutralizar a los rivales. Si vamos a hablar en serio, no caben eslogan ni frases para la tribuna.
El mejor de los jugadores chilenos, el goleador histórico de la Roja, el máximo asistidor, no sólo se encuentra sin ritmo de competencia sino que aún no ha fichado en ningún club.
No nos confundamos. Competir no es consuelo. Debería ser el desde, el punto de partida, el inicio del recorrido. No es una caída honrosa ni el consuelo.
No apure, que le falta al delantero de Colo Colo. No acelere, que ya llegarán los goles, las nominaciones y alguna propuesta real, no un riflazo.
Es vivo el DT de Colo Colo. Lo sabe. De la escuela argentina que ejerce presión, a veces con sutileza, en otras de manera explícita.
No es el dueño, pero no llega nadie al club sin que él lo sepa.
“José Sulantay veía cosas que uno no era capaz de ver. Pero no se guardaba el secreto. Te lo explicaba, lo exponía con paciencia, para que uno entendiera...”
“Mantener la evaluación del actual Vidal y usar como referencia el que jugaba en la Juventus, es sostener un falso debate, con erradas conclusiones”.