La pregunta que surge es, si Berizzo consideraba que la presencia de Bravo era sustantiva, por qué le permitió tomar su período de vacaciones.
“Las bases del torneo prosiguen en manos del ilustre Consejo de Presidentes de clubes, que en rigor no son presidentes sino propietarios. Ahí está la madre del cordero...”.
“Un grupo importante de timoneles está confeccionando un directorio de transición para provocar una salida que puede ser diplomática o a través de un Golpe de Estado”.
Eduardo Berizzo, en una serie de reuniones con periodistas y actores del medio, entregó una serie de reflexiones.
Se fue, quizás, el mejor de todos los comunicadores chilenos. Era capaz de conmover con ese tono inconfundible, conjugando con prestancia eso de que no es necesario gritar para que el mensaje sea claro.
¿Por qué? Porque no quieren. Más allá de las palabras, los diagnósticos, las mesas de trabajo, las reflexiones profundas.
La falta de una estructura central por parte de la ANFP es evidente. Agravada en este directorio, pero que proviene de períodos anteriores.
Nelson Acosta sigue siendo el técnico que más partidos ha dirigido en la banca de Chile y eso no podemos olvidarlo.
El camino natural de Aránguiz era volver al Internacional de Porto Alegre, donde fue recibido como estrella, lo que nunca es fácil para un jugador extranjero.
El liderazgo no se compra en la farmacia. Es un rasgo, una característica, una cualidad que muchos y muchas poseen de un modo inherente.
Tiene razón Sánchez cuando enumera que en las actuales nóminas quedan muy pocos de aquellos que condujeron a la Roja no sólo a campeonatos inéditos, sino a obtener un respeto transversal.
Aunque suena una locura, una exageración, un apresuramiento, Eduardo Berizzo se juega algo más que buscar esquemas y funcionamiento en un amistoso contra Paraguay.
“Los únicos que van siempre al estadio, siempre, son los violentos. Esos no se pierden duelo alguno. Con aforos reducidos, con pocas entradas, con tickets caros, en Chile o el exterior, siempre están...”
Era un clamor popular que los jueces de la competencia optaran por darle más ritmo al juego. Siga, Siga. Juegue, juegue, por favor.
Algunos cantan que se vayan todos. Otros alentamos con más fuerza. Ni mejores ni peores. Distintos.
Matías Fernández fue un estupendo jugador de fútbol. Pocas veces hemos sido testigos de una explosión como la suya jugando por Colo Colo.
Presenciar el estado del campo de juego del estadio Santa Laura indigna, irrita y apena. Así no se puede jugar.
Le exigiremos recambio a Eduardo Berrizo, pero Chile lleva 10 años sin clasificar a un Mundial sub 20.
Clasificar es un objetivo puntual que ojalá se logre. Pero por algo Chile no ha clasificado a un Mundial juvenil en una década. Eso ya no es problema de una generación o un entrenador de turno.
“El mercado de pases para Colo Colo ha sido lento y disperso. Han llegado pocos nombres y ninguno que remueva al tablero. Pero el mercado de pases para los albos ha sido, sobre todo, errático...”
Se han escrito miles de páginas respecto al hombre nacido en Tres Corazones. Sus cualidades futbolísticas no caben en el vocabulario. El siglo se extendió por 22 años más, hasta la muerte de su majestad.
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