Leopoldo Iturra

El fallo aún no se redacta. Y ni aunque revivieran a Cervantes podrían escribir algo coherente. El despelote es de proporciones descomunales.

Como el fútbol siempre es injusto con los arqueros, nadie destaca que el de Bryan Cortés fue un tapadón. No fue intuitivo, ni mucho menos suerte.

Cobresal es campeón el mismo día que Cobreloa, el primo platudo y con mejor pinta, que siempre lució más que él, sufre casi condenado en la zona de descenso.

¿Cómo sería una película de Cobresal? ¿Qué artistas interpretarían a los mineros? <ul> <li> - Sigue el partido de Copa Libertadores entre <a title="Cerro Porteño - Cobresal en vivo" href="http://chile.as.com/chile/2016/02/24/futbol/1456324900_293804.html">Cerro Porteño - Cobresal en vivo</a> </li> </ul

Algo debe tener el Loco Peric, más allá de su histrionismo y pataletas, que le permite ser el Rey Midas del fútbol chileno.

Quizás esta será la única vez en la historia que equipos extranjeros vengan a golear y darles un toque en casa a Colo Colo y la U, en días consecutivos.

El karma del Cacique está en casa. En el Clausura tiene un 38 por ciento de rendimiento como local, el segundo peor de su historia desde que juega en Macul.

Ninguno de los hinchas azules presentes en el estadio olvidará cómo silenciaron durante media hora un San Carlos de Apoquindo lleno.

El Loco Peric ya estuvo con Giovagnoli en esa gran campaña con Rangers de Talca hace tres años. Esto no es una casualidad.

Nunca antes un tenista hispanoparlante había sido No. 1 del mundo. Y tampoco lo habían logrado un francés, un inglés, un italiano o un ruso.

El mérito de Azkargorta es enorme, porque logró algo que muchos no pudieron o que otros darían la vida por conseguirlo: la inmortalidad en el fútbol chileno.

A los 34 años, Miguel Jiménez jugó el mejor partido de su vida. Antes de eso, le tocó muchísimas veces bailar con la fea.

Este sábado hubo un partidazo. El 3-3 entre Palestino y O'Higgins tuvo todos los ingredientes que espera el hincha que gasta dinero en una entrada.

Al hincha chileno, que es en su origen y desarrollo exitista, no le gusta el tenis. Para ser muy precisos, le gusta ver a los tenistas chilenos ganar.

Petr Korda jugó dopado y dejó una sombra de ignominia, porque lo suyo no fue un antigripal mal prescrito o un antialérgico no informado en los controles.

Pablo Guede, el mismo que habla de procesos y que coloca carteles motivacionales en el camarín, también toma riesgos y apuesta duro.

Desde dentro de la portería, Carrizo se afirmó en el brazo izquierdo para levantar el derecho y frenar la pelota. Todo su cuerpo, salvo esa mano, estaba detrás de la raya de gol.

Benegas tuvo mala suerte. Le tocó Rumiano y no Chandía, quien lo habría aplaudido por el golazo de chilena que hizo y todo el resto habría estado de más.