Leopoldo Iturra

¿Existen penales imposibles de atajar? Sí, el de Charles Aránguiz a Julio César en Brasil 2014 y el de Andreas Brehme a Goycochea en la final de Italia 90.

El propio Messi lo reconoció: "Estábamos muertos". Era cosa de verle la cara en los partidos contra Islandia y, especialmente, ante Croacia.

El peruano había fallado un penal clave contra Colombia hace dos años. Esta era su revancha, el antídoto para quitarse la bronca, el cierre del duelo.

Parece que no será necesario hacer un ránking del mejor partido de la fase de grupos. España y Portugal dejaron la vara demasiado alta.

El aplauso de los fanáticos del Liverpool al portero en desgracia es una de las imágenes más hermosas de la historia del fútbol.

La duda hoy es ¿por qué Reinaldo Rueda no aclaró todo hace seis semanas, cuando se lo preguntaron explícitamente en Estocolmo?

Cuando los hinchas rezaban para evitar un nuevo bochorno, Universidad de Chile recuperó la honra perdida ante Racing en Avellaneda.

Nunca a la U le habían anotado 13 goles en dos partidos. Ángel Guillermo Hoyos dilapidó en 10 días la gran línea de crédito deportiva y de afecto que tenía.

Después de un ostracismo de dos años, Gabriel Ruiz-Tagle vuelve a la escena pública como presidente de ByN. Nadie se lo esperaba y las consecuencias están por verse.

El técnico responsable de la vergüenza histórica termina como un mártir. Tal como un mesías, dice que es muy difícil abandonar a su rebaño sagrado.

El mismo gusto amargo que los futboleros sienten hoy porque la Roja no va al Mundial es el que vivieron los hinchas del tenis hace 20 años porque Ríos no ganó un Grand Slam.

Lo de Reinaldo Rueda fue parecido a la finta del capitán de Copa Davis cuando le preguntaron por las ordinarieces de su ayudante, en febrero pasado.

El día que el fútbol dejó de ser un juego y se convirtió en un negocio comenzó a pudrirse. La sanación está en regresar a los valores, en respetarlos. Está difícil.

Pese a que debe haber gente en este mundo que diga que Hitler, Pablo Escobar y el Mamo Contreras eran cercanos y amables, nadie puede ponerlos como ejemplo.